Trofeo Teresa Herrera | Atlético 0 - Milán 1
Al Atleti le falta cerebro
El equipo de Aguirre no jugó a nada ante un Milán B
Un Milán B, plagado de suplentes y alguno que pasaba por allí (jugó un tal Foggia con el dorsal 83 y un físico similar al del Fary), le recordó al Atlético que aún le queda mucho camino por recorrer para competir con los grandes de Europa. Sin hacer casi nada, cuando Kaká salió en el 65' para dejar los mejores detalles de la noche, su equipo ya tenía el pase a la final del Teresa Herrera en la mano, después de que Ambrosini, un profesional, aprovechase un fallo en cadena de Luccin y Seitaridis para marcar. Entonces, al Atleti se le vieron todos sus agujeros. Y hay.
Sé que la plantilla rojiblanca es lo suficientemente potente como para soñar, pero tras lo visto ayer no puedo evitar actuar como abogado del diablo respecto a este proyecto Aguirre. Da la sensación de que el mexicano, cual doctor Frankenstein, ha cometido un error de cálculo al modelar su criatura. Como el monstruo, el Atleti es grande, fuerte, corre y pega, pero donde debería haber un cerebro sólo hay tornillos.
Carencias. Con una defensa sólida y cuatro brillantes jugadores ofensivos (Torres, Agüero, Maxi y Petrov) como titulares, los rojiblancos necesitan como el comer un toque de sutileza, un centrocampista de talento, un Guti con verdaderas ganas de jugar en el Calderón. Aguirre no quiere mediapuntas (dejar escapar a Aimar puede ser el error del verano) y su apuesta es un volante de ida y vuelta como Maniche, un magnífico futbolista que no va a solucionar los problemas de creación del Atleti.
Sin alguien que le abastezca, el que más sufre es Agüero. Anoche el Kun vio Riazor, pero Riazor no le vio a él. No es un futbolista de apariciones constantes y necesita que el balón le llegue en el último cuarto de campo. Si no, no existe. Ante la ausencia de talento en el mediocampo, Torres se las ingenió por libre para crear cierto peligro. Mientras, sin noticias de Agüero. No se alarmen. Tendrá bastantes días así. Pero cuando surja, gol.
Ya en desventaja, el Atleti, obligado a atacar, se encontró sin más recurso que cruzar pelotazos esperando a que Torres cazara alguno o a que Luccin, Maxi y Pernía engancharan un rechace. El Milán defendió un ataque tan funcionarial sin mayores apuros y, por si acaso, Dida sacó un buen par de manos.
Así, lo más emocionante del último tramo fue la cerrada ovación de Riazor a Gattuso, el héroe del pueblo. Y, por lo que se ve, de Aguirre. El mexicano quiere gattusos y, aunque ninguno de su nivel, tiene varios buenos sucedáneos. Pero el mexicano se ha olvidado de que a esto también juegan kakás. El Atleti no tiene nada que se le parezca, pero aún está a tiempo de buscarlo. Si no, el sueño puede tornarse una vez más en pesadilla. El Milán se lo avisó ayer. Ojalá le escuche.