Duque: 15 años en el Madrid y sin ofertas

El fútbol no tiene memoria. Y si no que se lo pregunten a Juan Carlos Duque (26-01-82, Madrid). El que fuera lateral derecho del Castilla hasta el pasado 30 de junio y el canterano con más temporadas en las filas del Real Madrid (15) está en paro a pesar de haber jugado esta temporada 1.408 minutos repartidos en 22 partidos de Liga, y de haber gozado de la confianza de López Caro primero y de la de Portugal después.

Tras haberse proclamado campeón de Europa Sub-16, de haber jugado un Mundial con la Sub-17 y de haber sido internacional Sub-18, Duque entrena estos días en el Polideportivo Municipal de Fuenlabrada junto a su novia María José, corredora de 800 metros, muy lejos del stage de concentración de sus ex compañeros en Ávila o de la de sus amigos (más afortunados) que están en Idning con el primer equipo. Una plantilla galáctica con la que él ha entrenado desde los 17 años y con la que disputó un amistoso en Zaragoza este mismo año.

Su edad ha sido un impedimento para continuar en el Castilla y, aunque el comprende con tristeza su adiós del Madrid (con placa conmemorativa del club incluida en su despedida), es optimista: "Aquí no se acaba el fútbol sino que comienza porque esto es como una escuela. Ahora es cuando debo demostrar lo que he aprendido". Y además no es delicado: "Me da igual ir a una punta que otra de España, pero me muero por jugar, como mínimo, en Segunda porque conozco bien la categoría".

Asegura "no estar nervioso" y, a pesar de la incertidumbre, no hay quien le borre la sonrisa de la boca ya que ha conocido épocas aún más amargas. Pero ya superadas. Duque se lesionó la rodilla de gravedad hace cinco años y se replanteó incluso su futuro: "Pensé dejar el fútbol pero me recuperé bien. He jugado estos últimos tres años sin molestias y estoy a tope". Por si alguien duda, los médicos que le operaron, Del Corral y Espiniella, firmaron una resonancia el 22 de junio que guarda con mimo y enseña con orgullo: "Rodilla totalmente recuperada". Ahora espera con optimismo porque sabe que el fútbol le debe una.