Primera | Athletic
Sarriugarte jugará con un 4-3-3 similar al del Barça
El técnico busca fortaleza por dentro y mucha movilidad arriba
F élix Sarriugarte quiere un Athletic moderno. Así lo aseguró en su entrevista con este diario en la víspera de iniciar el stage de Tignes. Pues ya lo está poniendo en marcha, al menos en lo que se refiere al apartado táctico. El preparador rojiblanco mentaliza a sus futbolistas, sobre el verde y fuera de él, para poner en marcha un nuevo sistema, un 4-3-3 de similares características al del campeón Barcelona. Pretende un equipo que sea como una roca en el círculo central y se mueva con dinamismo arriba cuando se haga con la pelota.
Salvando, eso sí, las diferencias de calidad individual y virtudes de uno u otro equipo, el Athletic imita el esquema con el que ha triunfado Frank Rijkaard. Ha sido el manual de moda en el Mundial de Alemania. Y es que el 4-2-3-1 parece empezar a guardarse ya en el armario. Quitando situaciones esporádicas, el sistema de cuatro defensas, tres centrocampistas y tres delanteros no se veía en Bilbao desde la etapa de Luis Fernández.
La idea que ha empezado a maquinar Sarriugarte y que ayer se vio clarísima en el intenso entrenamiento matinal en Francia arranca desde una serie de conceptos claros, que dependen lógicamente de la inspiración y talento individual posterior. Con la pelota, el técnico pretende una circulación fluida y variada. "Dos o tres toques en corto y si no, buscamos un envío en largo", repitió hasta la saciedad el preparador de Zaldibar a sus futbolistas, que no distrajeron la atención una sola vez.
Así, Sarriugarte prueba la salida de la pelota con varias alternativas. La primera, con movimientos sin riesgo de lado a lado desde la zaga, buscando la referencia del pase interior desde el lateral a uno de los tres centrocampistas. Los jugadores de los costados también tienen la opción de un envío en profundidad hacia el hueco que deje en la banda el extremo de su lado. Ayer, por ejemplo, el preparador rojiblanco machacó a Javi Casas con esa jugada. El propio Sarriugarte llegó a detener el juego, cogió la pelota y la lanzó hasta en dos ocasiones hacia Alex García para enseñarle dónde debía fijar el pase. Otra posibilidad, si el rival agobia, es que los defensas, preferentemente los centrales, busquen un desplazamiento en largo hacia la cabeza del delantero centro, quien debe desmarcarse hacia uno de los vértices del área para hacer la dejada al extremo o a uno de los medios adelantados que lleguen en carrera.
Pero todo el concepto parte de la necesidad de ganar la batalla en el centro del terreno de juego, para lo que la presión de los de arriba será clave. Sarriugarte parece tener claro que pretende llegadas por las bandas con tres o cuatro jugadores buscando el centro, pero que el equipo tenga las espaldas bien cubiertas. Orbaiz haría así las funciones de Márquez o Edmilson. Yeste vendría a ser un Xavi por dentro y el otro jugador interior está destinado a hacer kilómetros en la recuperación y apoyo arriba. Para restar facilidades al rival, Aduriz tendrá que ejercer la misma presión que Etoo.
Sarriugarte busca un modelo con cierta flexibilidad, en repliegue puede pasar a ser un 4-1-4-1. Las órdenes son claras: acumulación de hombres por dentro para taponar al rival y mucho trabajo sin balón en los jugadores más adelantados. Veremos cómo funciona.