El Real Madrid quiere cerrar ya el fichaje de Mahamadou Diarra, aunque éste no se haría efectivo hasta el mercado de invierno o incluso se podría esperar a la próxima temporada. El caso es tenerlo atado y que no se lo pueda llevar otro equipo. El Olympique de Lyon insiste en pedir por él 30 millones de euros, mientras que el Real Madrid sólo está dispuesto a dar 20. Pedja Mijatovic tiene previsto concretarlo todo en los próximos días, pese a que su contratación no sería para el comienzo de esta temporada. Es uno de los futbolistas que está en la lista que ha pedido Capello para la próxima temporada.

El problema radica en que Diarra no es comunitario (nació en Malí) y que si se concreta la llegada de Kaká, el mediocentro del Lyon no tendría plaza para poder jugar en el club blanco ya que el brasileño ocuparía la única plaza libre de extracomunitario que le queda ahora vacante al Real Madrid (Baptista y Robinho tienen las otras dos).

El que tiene la clave de toda la operación es Julio Baptista. El brasileño solicitó la nacionalización española en agosto de 2005 (necesitaba llevar residiendo en España dos años y con contrato de trabajo y el año pasado cumplió esas premisas). Lo más normal es que le llamaran del Ministerio del Interior para agilizar el proceso y que jurara la Constitución antes de que comenzara la Liga, es decir un año después de solicitarla, pero parece ser que todo se puede retrasar al mes de diciembre, por lo que esa plaza no podría ser ocupada ahora por Diarra, quien tendría que esperar al mercado de invierno. El Madrid está dispuesto a hacer ese sacrificio y el jugador también.