Aunque la pretemporada es tiempo de acumulación de trabajo físico para convertirlo en fuerza y resistencia, Víctor Fernández comenzó el año con un protagonista: el balón. Hubo más balón del esperado en estas fechas. Y la forma de utilizarlo subrayó el fútbol al que siempre ha aspirado el técnico: toque, asociación, ritmo, pase... Todos los ejercicios tendieron a eso.

No va a ser la tónica de los próximos días, está claro, pero sí el ánimo de todo el año. Eso supone un rasgo distintivo. Víctor lo ha dicho de diversas maneras: "Quiero jugadores que hablen el mismo idioma". "Quiero un equipo que gobierne los partidos". "Si todos defendemos una misma idea, seremos un buen equipo". Esa idea empieza con el balón y se desarrolla a partir de él.

Víctor dividió al grupo en tres bloques y trabajó en intervalos de cinco minutos. Siempre en triángulos y con secuencias variables de pared, pase corto y conducción... elementos básicos que ordenan al futbolista alrededor de la pelota. Y a buen ritmo. La sesión no sirvió como gran referencia, pero quedaron impresiones significativas: por ejemplo, la destreza de D'Alessandro o Longás, jugadores que pueden alcanzar gran predicamento en La Romareda. Fue un entrenamiento amable para los jugadores y para la vista. A partir de hoy, la exigencia subirá.. pero lo de ayer casi parecía una declaración de intenciones.