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Decisión y una llamada de Gurpegi

Se podrá criticar a este presidente por muchas actitudes, en gran parte por la manera e inoportunidad al hacer algunas cosas, pero lo cierto es que ya nadie le acusará de dejar el dinero de Del Horno en la caja. Sin contar las fichas, Aduriz y Javi Martínez ya han consumido tres cuartas partes de las libras de Abramovich. Y eso que Izco no aceptó la oferta rojiblanca por Raúl García que ya avanzamos y hoy precisamos con más detalle. Vale, que ahora hay más dinero por el contrato televisivo. Pero no me digan que meterse en tres millones por Aduriz no era un riesgo y que traerse a este chaval sin haber debutado en Primera por el doble no lo es aún más. Habrá que tener paciencia, esa que piden hasta con exageración en Lezama, pero también ilusionarse con la posibilidad de que el estellés se plante en el campo y rinda a un nivel notable. El que es bueno lo es ya con 17. Ahí está Cesc.

Aunque la negociación ha sido más pública de lo que debiera y quizás por ello se haya dejado algún pelo en la gatera en materia de años, dinero y hasta cláusula, me gustaría aportar un detalle clave en el asunto. A Javi Martínez se le atribuyeron unas declaraciones en un diario de Navarra en las que poco menos que no quería saber nada de Lezama. Curiosamente, cuando AS le arrancó aquellas palabras decisivas de "el Athletic es un club que me gusta mucho", que me consta aceleraron la operación, ya había otra manera de ver las cosas en el hogar de los Martínez. ¿La culpa? Un tío chapeau, Carlos Gurpegi. En su día llamó a su hermano Álvaro, ex compañero y amigo, para aconsejarle que era absurdo decir esas cosas del Athletic. Desde mañana, Javi será su rival por un puesto.