La renovación de Zapater debe quedar resuelta a comienzos de la próxima semana, y ese es el plazo que Eduardo Bandrés quiere pedirle al futbolista para una respuesta definitiva que cierre el caso, en un sentido u otro. El Zaragoza hará el lunes un último acercamiento al agente de Zapater y quiere que la contestación se produzca cuanto antes, el martes a lo más tardar: "El tema se tiene que resolver la próxima semana, si es posible el lunes o el martes; y si no hay acuerdo, el Zaragoza entenderá que la renovación de Zapater no es posible", dijo ayer Bandrés a AS.
El club considera que el asunto no puede enquistarse más y que hay que dejar la negociación resuelta antes de que el equipo inicie la pretemporada. Eso ocurrirá el día 13. Antes, el 10, los futbolistas están citados para la analítica previa al comienzo del ejercicio. Sin embargo, Eduardo Bandrés explicó ayer a a AS que su deseo es anticipar la resolución de una polémica renovación: "El Zaragoza no puede estar tanto tiempo pendiente de esto; creo que ninguna de las dos partes vamos a sacar nada bueno", dice el presidente del Zaragoza. A Bandrés le preocupa enormemente el desgaste que está provocando la negociación y se siente convencido de que, socialmente, nadie saldrá beneficiado de ella.
Posturas firmes. La clave de la resolución del caso está en dos factores: ver qué postura toma Alberto Zapater al regreso de sus vacaciones, por un lado; y por otro si el Zaragoza, como parece, está dispuesto a retocar un tanto su última oferta de renovación al jugador, con el fin de tender un puente sobre las diferencias económicas que aún se mantienen. El Zaragoza va a hacer un último movimiento a principios de la semana próxima, pero eso no asegura el acuerdo. Ginés Carvajal ya rechazó las últimas cantidades por dos veces y mantiene que el club debe elevar el fijo.
La posibilidad de alcanzar un acuerdo está abierta, pero todavía parece complicado porque hasta ahora las posturas han resultado inamovibles. Si Zapater finalmente no renovase con el Zaragoza, le quedaría este año de contrato y en junio podría marcharse libre, así que el desenlace más probable consistiría en una venta este verano, para tratar de obtener algún beneficio de su salida. La solución se aproxima. Lo imposible es aventurarla.
