Un empate que no deja dudas

Mundial 2006 | Suecia 2 - Inglaterra 2

Un empate que no deja dudas

Un empate que no deja dudas

REUTERS

La actitud de las dos selecciones, que buscaron sin reservas la victoria, despejó cualquier duda sobre un posible acuerdo para que el encuentro terminara en empate.

La sospecha de un posible acuerdo entre ingleses y suecos, a los que les servía el empate para estar en octavos, desvió la atención en las horas previas al partido, pero pasó a un segundo plano en cuanto el balón comenzó a rodar. Los futbolistas ingleses sienten este deporte y lo viven desde su lado más puro, o al menos esa es la imagen que transmiten, y todos nos sentimos más reconfortados cuando vemos cómo se comportan dentro del campo. Buscaron la victoria, sobre todo en el primer tiempo y en el tramo final del partido, y obligaron a los suecos a emplearse a fondo si no querían arriesgarse a ver el resto del Mundial por televisión. El resultado final no debe dejar lugar a ninguna duda.

Eriksson, un sueco que intenta lograr que Inglaterra vuelva a dominar el mundo del fútbol, sólo reservó a Gerrard, pese a que el pase a octavos ya lo tenían asegurado. Neville, con problemas físicos, dejó su puesto a Carragher; el sitio de Gerrard lo ocupó Hargreaves y Rooney salió como titular en lugar del larguirucho Crouch. Pero esta alineación sólo tardó dos minutos en deshacerse. Owen se dañó él solo, en una acción aislada, su rodilla derecha y debió abandonar el campo. La lesión tenía muy mala pinta.

Este percance permitió a Crouch recuperar su sitio en el equipo y como si fuera un acto reflejo, Inglaterra se olvidó de tocar el balón, de abrir el juego y de los pases interiores para dedicarse a colgar balones sobre la cabeza del delantero del Liverpool. Esta es una opción interesante cuando no tienes más recursos o el tiempo se agota, pero un pecado cuando están pisando el césped futbolistas como Lampard, Joe Cole, Beckham o Rooney, incluso aunque estos dos últimos pasaran inadvertidos y no aportaran nada digno de mención. Crouch es un especialista en fijar a la defensa rival y en bajar el balón para sus compañeros, pero no debe condicionar de esa manera el juego de una selección que aspira a ganar el Mundial.

Pese a que su juego no fue demasiado fluido en la primera parte, Inglaterra dominó con autoridad gracias a la aparente desidia de los suecos. En juego estaba el pase de los nórdicos a octavos, aunque no lo parecía. No reaccionaron ni siquiera cuando vieron a Joe Cole marcar uno de los goles más bellos del Mundial. Desde unos 25 metros pegó al balón de volea, según caía, y sorprendió a Isaksson, que estaba ligeramente adelantado. El centrocampista del Chelsea no lo dudó cuando vio la pelota frente a él, en lugar de pensar improvisó, como dice un buen amigo de L. A., y el resultado fue una obra de arte.

Reacciona Suecia

Con la ventaja en el marcador todo debería haber sido más fácil para Inglaterra, pero no fue así. El paso por los vestuarios no le sentó nada bien, todo lo contrario que a Suecia, que en el segundo tiempo ofreció esa imagen de equipo que sabe combinar la lucha, la garra y la entrega con el buen trato de balón. Salieron a por el empate y sólo tardaron cinco minutos en lograrlo. Y lo hicieron, además, siguiendo el manual inglés. Un córner lanzado de forma magistral por Linderoth fue convertido en gol por Allbäck, que se adelantó a sus marcadores y cabeceó en el primer palo. Un equipo inglés nunca puede conceder un tanto así. Era el gol 2.000 en la historia de los Mundiales y Allbäck ya va por delante de su selección y se ha hecho un hueco en el palmarés del torneo.

Recuperado el equilibrio, Suecia creció y pasó a dominar el encuentro. En nada se pareció a la selección que decepcionó en el primer tiempo e incluso pudo adelantarse si Gerrard no hubiera acertado a despejar sobre la misma raya de gol un remate de Källstrom. Inglaterra no funcionaba y Eriksson movió piezas, para dejar a Crouch solo en punta y meter más calidad en el centro del campo. Quería la victoria y la tuvo en la mano cuando a falta de seis minutos Gerrard marcó de cabeza después de un sensacional pase de Cole.

Todo parecía decidido, pero este partido aún reservaba una sorpresa más. El pícaro Larsson aprovechó la torpeza con la que los ingleses defienden en las acciones a balón parado para empatar y dejar en evidencia al portero y los cuatros zagueros de Inglaterra. Si quieren ser campeones del mundo no pueden hacer el ridículo de esa manera dentro del área.