La selección holandesa se entrenó hoy a puerta cerrada para preparar el partido del próximo viernes en Stuttgart frente a Costa de Marfil, en una sesión en la que Marco van Basten no dejó entrever ningún cambio en su alineación titular.

Una vez recuperados Joris Mathijsen y Mark van Bommel de sendos golpes producidos en el partido ante Serbia Montenegro, la única preocupación, aunque mínima, es el estado físico del portero Edwin van der Sar, que sufrió repetidamente problemas en el gemelo ante los serbios.

El capitán de los holandeses descansó en la sesión de ayer, martes, y está totalmente restablecido y con la idea de jugar dos encuentros con más con lo que llegaría a los 112 partidos internacionales e igualaría el récord holandés en poder de Frank de Boer.

Van Basten sabe que su equipo tendrá que emplearse a fondo ante los africanos, quienes están obligados a ganar, después de la derrota inicial ante Argentina, para continuar con opciones en la clasificación del denominado ''grupo de la muerte''.

Los argumentos defensivos de los holandeses han sido determinantes en la racha de buenos resultados cosechados (diez victorias y dos empates en la clasificación; una victoria en la fase final), ya que los ''oranje'' llevan diez partidos, desde el 13 de octubre de 2004 (Holanda, 3 - Finlandia, 1) sin encajar un gol.