Mañana juegas en Zaragoza; te lo digo a solas para que no te desmayes". Raúl González Blanco se entrenaba por segundo día consecutivo con la primera plantilla del Madrid y Valdano se lo llevó aparte para comunicarle una noticia que cambiaría su vida. Aquella mañana de octubre, Raúl dio su primer paso para entrar en el salón de la fama del fútbol español.
En realidad, venía devorando etapas desde muchos años atrás. "Desde que nací soy un ganador nato y siempre me ha gustado vencer". Raúl, el tercer hijo de Pedro y María Luisa, había nacido el 27 de junio de 1977 en Madrid. Vivía en la Colonia Marconi, Villaverde Alto, y jugaba en el San Cristóbal de los Ángeles. A los 13 años entró en los Infantiles del Atlético de Madrid y marcó 65 goles. Pero Gil desmanteló la cantera y el Madrid aprovechó el regalo. Cadete, Juvenil B y 45 goles con el Juvenil A. Palabras mayores para Valdano, que al enterarse de que el Atlético quería recuperar a Raúl le consiguió un contrato profesional, con una cláusula de 1.000 millones de pesetas.
Raúl inició la campaña 94-95 en Segunda B. Le metió cinco goles al Corralejo y subió al Segunda A. Hasta que Valdano se lo llevó para jugar en Zaragoza. La apuesta era ganadora. "Estar aquí se lo debo a Jorge. Me hizo ver el fútbol de otra manera. El Madrid me ha cambiado la vida a mí y a mi familia. Jugar aquí es lo mejor que me ha pasado", dijo Raúl.
Cumplió 18 años y le compró una casa nueva a sus padres ("Ahora tengo habitación propia y apago la luz cuando quiero"). En octubre del 95 debutó a lo grande en la Champions: tres goles al Ferencvaros. Empezaba a hacer historia en la Copa de Europa, la que ha conquistado tres veces y en la que superó los 49 goles de Di Stéfano. Lleva 51, cifra sólo superada por Shevchenko. "El día que no la ganemos valorarán los tres títulos en color".
En octubre del 96, Clemente le hizo debutar con España ante la República Checa y en diciembre marcó su primer gol con la 'roja' ante Serbia-Montenegro. Después, otro récord devorado: máximo goleador de la Selección (43 tantos). Pero a pesar de estos registros, sigue con hambre: "Soy un inconformista por naturaleza y no me voy a detener por superar el récord de algún jugador legendario. Espero hacerme un hueco tanto en la historia del Madrid como en el fútbol nacional".
Con el Madrid de Capello levantó su segunda Liga. Los problemas en el pubis aumentaban y el inicio del 98 fue turbulento. Estuvo 36 días sin hacer declaraciones. Al final habló: "Uno de mis errores fue jugar con molestias. Quiero pedir perdón a Heynckes. Se ha difundido mi imagen en las últimas sustituciones y no he salido bien parado. Es bueno saber dónde están los errores y aprender de ellos. Quiero que todo vuelva a la normalidad". En el caso de Raúl, la normalidad es meter goles y ganar títulos. En mayo levantó su primera Champions y el 1 de julio del 98 se casó con Mamen, con la que tiene cuatro hijos: Jorge, Hugo y los gemelos Héctor y Mateo.
Luego vino la Intercontinental. En la final ante el Vasco da Gama se inventó el aguanís para dar el triunfo al Madrid. "Esa jugada la hice varias veces de pequeño. Volvía a casa diciendo: 'Papá, he hecho el aguanís'. Ese gol fue trascendente para mi carrera".
Aquel tanto le dio dimensión internacional y el 2001 resultó un gran año para él. Fue Pichichi en Liga y Champions, pero se quedó a las puertas del FIFA World Player (tercero, tras Figo y Beckham) y fue Balón de Plata (lo ganó Owen). El tiempo demostró que aquel Balón de Oro era el suyo. En 2002 levantó su tercera Champions, fue Bota de Bronce, ganó la primera Supercopa de Europa y la segunda Intercontinental. Un gran palmarés en el Madrid, con el que ha marcado 257 goles en 564 partidos. "Por dinero me hubiera marchado a otro equipo, pero lo que quiero es estar en el Madrid".
Discutido.
A Raúl le falta el triunfo con la Selección, en la que ha vivido más momentos amargos (como aquel penalti fallado ante Francia que eliminó a España en la Eurocopa de 2000) que felices. El capitán va a disputar su tercer Mundial con 28 años y en pleno debate sobre su titularidad por el descenso en sus prestaciones. Pero su sueño sigue vivo: "Habría que juntar las tres Champions para sentir lo que es ganar un Mundial. Quiero lograrlo con un gol mío".
