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Primera | Atlético de Madrid

Gallardón acepta que La Peineta sea del Atlético

El club está de acuerdo aunque no sería dueño oficial hasta 2016.

<b>UN ENTORNO ENVIDIABLE. </b>El futuro estadio rojiblanco sería la joya del proyecto olímpico de Madrid 2016, situado en Canillejas.

Nuevo cambio de rumbo en las negociaciones entre el Ayuntamiento y el Atlético sobre la venta del Calderón. Cuando el proyecto de construir un nuevo estadio en Campamento estaba ya muy avanzado y había conseguido el apoyo de la mayoría de la afición, el consistorio ha accedido, tras negarse tajantemente durante meses, a ceder al club rojiblanco la propiedad de La Peineta con tal de que se vaya a jugar allí. Ahora se está buscando una fórmula para que esta decisión no frene la carrera olímpica de Madrid para 2016. Un asunto complicado.

El COI exige que el estadio olímpico sea de propiedad pública, por lo que La Peineta no podrá ser oficialmente atlética hasta dentro de diez años. Pero el club estaría dispuesto a jugar alquilado hasta entonces y pasar a ser el dueño reconocido tras unos hipotéticos Juegos, si el Ayuntamiento es generoso y paga por el Calderón unos 250 millones. Y este cambio de idea de última hora, demuestra que Gallardón está muy interesado en que el Atlético deje el Manzanares cuanto antes y se olvide de Campamento para darle así un uso postolímpico a La Peineta, algo muy valorado por el COI a la hora de elegir.

Ambiciosos.

Si se cierra el acuerdo, el Ayuntamiento y el Atlético pagarían a medias los 130 millones que costaría edificar uno de los estadios más modernos de Europa, con capacidad para 70.000 espectadores, gran cantidad de aparcamientos y muy bien comunicado mediante metro, autobuses y cercanías. En junio podría quedar todo resuelto.

Problemas: pista de atletismo y afición en contra

El traslado del Atlético a La Peineta presenta dos problemas. Uno material, la obligatoria presencia de una pista de atletismo, y otro más espiritual, el rechazo que ya ha manifestado en otras ocasiones la masa social a esta operación. En cuanto a la pista de atletismo, el Ayuntamiento le ha asegurado al Atlético (que se niega a jugar con ella) que existen fórmulas para que, hasta los Juegos, el tartán quede cubierto por las gradas, acercando así al público al césped dando verdadero ambiente al fútbol. Más difícil de conseguir puede ser el apoyo de su afición. Es evidente que las condiciones han cambiado: ahora el Atlético sí será el propietario y el estadio será prácticamente nuevo, nada que ver con la actual estructura, tan poco atractiva para los seguidores. Sin embargo, el proyecto de Campamento, al lado de la futura Ciudad Deportiva y aún en suroeste de Madrid, tradicionalmente rojiblanco, había unido a todos los sectores atlético y ahora el club tendrá que empezar de nuevo su campaña de convencimiento.