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Mundial 2006 | España, del 23 al 1

23 Reina: Especialista en penaltis y en devorar bistecs

El hijo de Miguel entró en la lista de España con el último número, pero no por ello está menos contento. La llamada de Luis es el colofón a un año que le ha dejado muchas alegrías, con la FA Cup entre las más frescas. Aportará juventud y poderío físico.

Fabián Ortiz
Serra Ferrer lo subió a Primera y Benítez lo llevó hasta la elite

El verano de 1999, cuando contaba dieciocho años, dejó boquiabieto al holandés Louis van Gaal. El técnico lo había incluido entre los canteranos que hacían la pretemporada del Barcelona en Hoenderloo, junto a Xavi Hernández, Gabri García, Nano Macedo y Mario Rosas. En los entrenamientos, José Manuel Reina se dejaba el alma, atento a las órdenes y consejos del responsable de los porteros, Frans Hoek. Pero lo que asombró a Van Gaal ocurrió fuera del campo de juego; concretamente, en el comedor del hotel. Pepe Reina se destapó allí como un portento... comiendo bistecs. Según un miembro del cuerpo técnico blaugrana, se zampaba hasta tres en cada refección.

Pasados casi siete años de aquello, Pepe Reina sigue con buen apetito, pero destaca también por ser un especialista en parar penaltis: siete de nueve con el Villarreal en la campaña 2004-05 y tres decisivos que le han valido el título de la FA Cup al Liverpool ante el West Ham United. La convocatoria de Luis Aragonés para disputar el Mundial, aunque sea como tercer portero, es el colofón a una buena campaña del hijo del mítico Miguel.

Ni una pesa.

Pepe Reina nació en Madrid, donde su familia vivía cuando su padre dejó el Atlético y colgó los guantes. Tras unos primeros escarceos con el fútbol como delantero ("me gustaba jugar ahí y marcaba muchos goles"), se calzó los guantes ("y no me los pudo quitar nunca más nadie") y dio unos pasos prometedores en el Madrid Oeste, hasta que papá Miguel decidió que el chicarrón tenía que probar suerte en el Barça. Pepe entró en la residencia de La Masia en septiembre de 1995 y permaneció allí mientras pasó por las categorías Infantil (1995-96), Cadete (1996-98), Juvenil (1998-99) y el filial (1999-2000), en la llamada Quinta del '82, junto a Mikel Arteta, Roberto Trashorras y Nano. Para entonces ya medía los 187 centímetros de hoy y rondaba los 85 kilos de su peso ideal. "No he tocado una pesa en mi vida", dijo ante los incrédulos periodistas que lo veían asomarse al fútbol grande.

Fue entonces cuando Van Gaal confió en él como tercer guardameta y se lo llevó al bosque holandés de pretemporada, a aprender y comer bistecs. El debut de Reina en Primera, sin embargo, se produjo con Lorenzo Serra Ferrer en el banquillo del Barça, el 2 de diciembre de 2000, en campo del Celta, por una lesión del francés Richard Dutruel. La crónica de AS de aquella noche deja constancia de la buena proyección que se le avizoraba, y Reina no ha defraudado, si bien no consiguió triunfar en el Camp Nou. Sometido a la presión que fagocitó a otros tantos porteros, canteranos, nacionales y extranjeros, dejó el Barça en 2002, con 29 partidos jugados, para probar suerte en Vila-real, a donde se fue cedido.

Etapa amarilla.

Víctor Muñoz siempre elogió su capacidad de trabajo, Benito Floro quedó gratamente sorprendido por su madurez a tan temprana edad y Manuel Pellegrini, quien lo vio partir con tristeza del Villarreal, estaba fascinado con su sobriedad y su autoridad en el vestuario, del que era el auténtico líder pese a no lucir el brazalete de capitán.

La primera campaña en el Villarreal le salió tan bien, que el club amarillo se mostró encantado cuando el Barça le propuso un trueque por Juliano Belletti más seis millones de euros.

Buen compañero, siempre habló maravillas de López Vallejo, su colega de fatigas en la portería del submarino. Fue allí, en los entrenamientos en El Madrigal, donde Pepe se convirtió en un especialista en parar penaltis.

Pero los buenos días de Vila-real (adonde regresa cada vez que puede, porque mantiene su casa allí y adora jugar al golf bajo el sol de Levante) se acabaron cuando Rafa Benítez, en pleno proceso de españolización del Liverpool, se lo llevó a orillas al mítico Anfield. El Villarreal se embolsó 12,5 millones de euros -aunque la cifra oficial que se ofreció era inferior- y vio marchar a Reina hacia su definitivo ingreso en la elite continental.

El resto es historia más reciente. Reina llegó como teórico suplente del polaco Jerzy Dudek, pero en cuanto tuvo la ocasión se hizo con la titularidad. La culminación de su buen primer año en la Premiership fue la victoria copera, de la que resultó el héroe, con tres penaltis parados. Pero Pepe, siempre modesto, se resta importancia: "La temporada me ha dado muchas alegrías, la última de ellas la final de la FA Cup. Fue un partido muy raro, en el que pasé de villano a héroe, tras la tanda de penaltis".

Nuevo estilo.

Reina dice haber experimentado una metamorfosis en su juego desde que llegó al Liverpool: "En Inglaterra he aprendido a cambiar mi estilo. Es mejor sacarla de puños a agarrarla, por ejemplo, en especial si estoy fuera del área pequeña. El juego es más físico que en España, y los árbitros también aceptan más cosas que en nuestra Liga".

Ahora se siente más seguro cuando sale de la portería: "El área es como mi casa. Las salidas son como ir al salón y, con los partidos, ese salón ya lo conoces. Lo mismo que las distancias, los disparos de lejos...". A sus 22 años, es un veterano: "A los 13 años salí de casa y sabía que iba a ser portero".

Hace unos días, en El larguero, dejó clara cuál es su mentalidad para el Mundial: "Ojalá lleguemos hasta el final que todos buscamos. Ahora, lucharemos contra grandes equipos y todavía no hemos ganado nada, no podemos pensar que somos favoritos. Pero si no creemos en el título, mejor nos quedamos en casa".

Se casó el viernes con una cordobesa

La boda de Pepe Reina, el pasado viernes, con la cordobesa Yolanda Ruiz, ex jugadora del Adecor, llevó hasta Córdoba a numerosos representantes de varias selecciones que jugarán el Mundial de Alemania. Morientes, Del Horno, Xabi Alonso, Antonio López, entre otros, compartieron el día feliz con la joven pareja. El torero Finito de Córdoba, amigo de los novios, también asistió.