Primera | Atlético de Madrid 0 - Osasuna 1
El Atlético se desintegra
Un gol de Muñoz afianza a Osasuna en Champions.
Fueron 15.000 al Calderón, que es como no ir nadie. Acabaron bastantes menos, los más valientes, los más fieles, los más sufridores, los más hartos. "Esta camiseta no os la merecéis", acabaron cantando y dudo que el mejor de los futbolistas rojiblancos encontrara argumentos para convencerles de lo contrario. El Atlético certificó ayer su enésimo fiasco y, aunque en verano formateará el disco duro y llegarán Agüero, Rosicky y la esperanza habitual, el presente es gris plomo. Es más aburrido ir al Calderón que quedarse en casa viendo la teletienda. De largo.
Después de lo que presenció ayer, no es descartable que Javier Aguirre piense lo mismo y, viendo lo que se le avecina, no le saquen de Pamplona ni a rastras. Con la victoria de ayer y la derrota del Celta, su milagroso Osasuna tiene la Champions prácticamente en la mochila. Enhorabuena mil y una veces, porque es el premio a un trabajo bien hecho. Su equipo fue una efectiva máquina, sin derroches ni fallos. El Atleti podía ser el Maccabi de Levantar, el Nottingham Prisas o cualquiera de esos equipillos de amiguetes y botellines que todos tuvimos en el instituto. Un caos.
Porque intentarlo, los chicos lo intentaron. Pero cada carrera sin destino, cada centro al río, cada remate fallido no hacía más que remarcar las carencias de un grupo que se ha desintegrado bajo presión, hasta el punto de que llegar a la Intertoto acabó pareciendo Misión Imposible en versión cañí, provocando alguna carcajada no deseada y sin final feliz made in Hollywood.
Con la temporada tirada a la basura, llega la hora de hacer análisis. El Atlético tiene un núcleo apreciable y joven. Torres, Maxi, Leo, Pablo, Perea, Antonio López y Luccin son una buena base para un potente equipo. Pero hay que limpiar más allá de lo evidente. Ibagaza va a entrenar como los niños a clases extraescolares: dos días por semana y a desgana. De jugar bien, ni hablamos. Petrov no aguanta la comparación con Delporte, por ejemplo. Galletti no tiene el nivel. Ni yo papel para hacer la lista completa. Sobra gente.
No como en Osasuna, donde cada pieza es útil. Muñoz, suplente habitual de Raúl García, es el mejor ejemplo. Ayer resolvió el partido tras una nueva actuación circense de la defensa rojiblanca. Hasta tres jugadores rojillos tocaron el balón dentro del área y éste le llegó al canterano, que lo bajó con el pecho y resolvió con calma. Ese bloque es el gran legado que dejará Aguirre cuando parta hacia el Manzanares. Está claro que le motivan las emociones fuertes.