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Primera | Racing - Real Madrid

Hay premio: la segunda plaza o la permanencia

Partido decisivo para Racing y Madrid. Zidane se despide del norte.

Actualizado a
<b>ÚLTIMA VISITA. </b>Zidane, ayer, a su llegada a Santander.
serrano

La jornada de ayer, especialmente cruel con el Racing (ganaron sus tres perseguidores), deja a los cántabros a un punto del descenso y al Madrid a dos de la segunda plaza y a la misma distancia de Osasuna, que resopla por detrás. La conclusión es que lo ocurrido obliga a vencer. No hay otra. Vencer o despedirse, cada uno de lo suyo.

Si la situación es dramática para el Racing, para el Madrid el encuentro resulta igualmente fundamental. Una victoria de los blancos no sólo les permitiría superar al Valencia en la clasificación, sino que, a falta de dos jornadas, les aseguraría un puesto entre los cuatro de la Champions. Y por qué no decirlo: también atenuaría el eco del éxito azulgrana en la Liga.

Con ese redoble se presentan Racing y Madrid. Los locales, animados por su victoria en Málaga, que rompió una racha funesta de seis partidos sin ganar (dos empates y cuatro derrotas). El triunfo coincidió con el regreso al banquillo del eterno Nando Yosu, que tiene 64 años y nos parecen pocos, viendo lo que se estila. Siempre que Yosu ha finalizado una temporada con el Racing (y lo ha hecho en cuatro ocasiones), el equipo se ha salvado. Se comprende que vuelva por primavera.

En el Madrid, las bajas de Casillas (por sanción) y Baptista (lesión) nos ofrecen dos novedades: Diego López y Soldado. La duda es si el joven delantero ocupará el lugar de Raúl, sin goles desde el 26 de octubre, o de Zidane, que quizá quiera protegerse con vistas a la que será su gloriosa despedida del Bernabéu, el próximo domingo. Cualquier alternativa tiene su morbo. Por cierto, Cassano no ha viajado por causa de la fiebre o del calentón, no queda claro.

De lo que no cabe duda es de que la entrada de los dos canteranos en el equipo es muy sugerente: Soldado es el máximo goleador de Segunda (16 tantos) y Diego López es un muchacho de aspecto imponente (1,96 metros) y actuaciones irreprochables cuando le ha tocado jugar. El dato curioso es que el delfín de Casillas es sólo cinco meses más joven que él. Son los problemas de coincidir con Mozart, o con Indurain.

Como se trata de un choque a vida o muerte, habrá que comprobar si el Madrid sigue siendo guerrero sin Baptista, decisivo en Pamplona, y si el Racing, una vuelta después, está a la altura del equipo que deslumbró en el Bernabéu, triunfo incluido (1-2). A los locales les ayudará, seguro, que recuperan a Melo, ausente por sanción en Málaga y jefe de operaciones (cuatro asistencias). El brasileño, de sólo 22 años, es una perla que se ha caído de alguna cuenta. Y no tardarán en encontrarla.

Como la situación está que arde, esta noche no hay amigos, ni agentes dobles, esta noche no importa que la historia más brillante del Real Madrid esté vinculada al Racing y al fútbol cántabro: desde Sañudo (un goleador de la década de los 30 apodado Pies de Oro), por el club blanco han pasado Joseíto, Nemes, Gento, Marquitos, Pachín, Aguilar, Santillana, Miera, Amavisca, Munitis o Helguera... En cada una de las nueve Copas de Europa ganadas por el Madrid han intervenido futbolistas cántabros.

Pañuelos.

Pero esta noche eso no es ni relevante ni amable. Esta noche no es necesaria una larga historia de afrentas para dejarse la piel propia y arrancar a tiras la piel ajena, si fuera menester. A partir de las diez de la noche, Racing y Madrid sólo coinciden en lo que se juegan: la temporada. Lo único seguro es la necesidad de llevar pañuelos a El Sardinero: se despide Zidane, un señor.