Primera | Atlético 0 - Mallorca 1
El Atlético no da la talla
Jugó fatal y un gol de Jonás Gutiérrez aleja Europa
Es la historia de siempre. Cuando llega la hora de la verdad, el Atlético no da la talla. Mucho más si la semana venía cargadita de euforia, como era el caso, con 51.000 incautos optimistas poblando el Calderón convencidos de que Europa empezaba ayer. Hagan memoria, ¿cuántas veces han vivido ya esto? Y la película siempre acaba igual: mal. Muy mal, diría yo. El Mallorca ganó casi sin querer, porque era imposible no hacerlo. El Atleti no estaba. Bueno, en realidad había unos tipos de rojo y blanco correteando por allí, pero podían ser futbolistas o yo haciendo footing: aburrido, agobiado, derrotado de antemano.
Porque este Atlético no soporta la presión. Las tres pasadas temporadas ya se desplomó al final de Liga. Esta vez, reaccionó con Pepe Murcia, casualmente cuando nadie esperaba nada del equipo. Pero desde entonces ha tenido tres partidos de verdadera responsabilidad: Sevilla, Celta y Mallorca, todos en casa, todos con Europa a tiro. Todos perdidos. El de ayer sin dar la cara.
Tras el positivo experimento de Vitoria, con los chavales tomando el poder, Murcia regresó ayer al convencionalismo y el Atleti siguió sin fútbol y, además, perdió el entusiasmo y el atrevimiento. El Calderón se ensañó con Petrov, que sigue mal, pero al menos aparece de vez en cuando con peligro. También recibió Kezman, horrible en la definición de la ocasión más clara de la tarde, pero también el único que generó algún peligro. A Galletti no le silbaron, intuyo que porque ni siquiera se dieron cuenta de que ese que pasaba siempre a los de blanco iba con su equipo. Y esta vez no apareció, salvador, Torres. Y Marqués, que pedía la titularidad a gritos, salió demasiado tarde. Un horror.
Así las cosas, el Mallorca, que viajó a empatar, no tuvo más remedio que ganar. Sus centrales disfrutaron de una soleada tarde de campo. Y en una acción aislada, Arango, de largo el mejor del pseudopartido, se asoció con Doni para dejarle el gol en bandeja a Jonás Gutiérrez, el Galgo, futbolista muy gracioso que siempre genera caos a su alrededor y suele salir beneficiado de él. Por supuesto, la defensa del Atleti, siempre de gran corazón, colaboró en todo lo que pudo.
Así, el Mallorca que buscaba un puntito que le diera algo de aire se encontró con tres que son una bocanada enorme, la salvación a tiro. Y el Atleti, a lo suyo. Poniéndose la vida difícil, siempre a la espera de un milagro, que un día llegará y mil no. Demostrando que la exigencia del club le viene grande.