Primera | Alavés - Atlético
El Atleti es de los niños
Murcia apostó por seis canteranos y ganó al Alavés
Murcia jugó y ganó. Da la sensación de que cada partido es un órdago para demostrar que merece seguir y, por ahora, Europa sigue a tiro, con tres de los cuatro partidos restantes en casa. Ayer dobló la apuesta. Las lesiones le obligaban a dar paso a Marqués y Manu como pareja de ataque. Pero él quería más y decidió dejar en el banquillo a Ibagaza y Petrov para poner a Gabi y Valera. No seré yo quien le critique, aunque hubiera perdido. Mejor que falte aptitud que actitud. Así, el Atlético saltó a Mendizorroza con seis canteranos y una media de edad de 23,8 años. Sin el Niño, habitual salvador, los niños tomaron el poder.
Por encima de todos, destacó Marqués, una de esas apariciones súbitas que te trastocan la vida. Puede ser una maravillosa desconocida en una fiesta o un futbolista desahuciado intentando coger su último tren. El tiempo acaba dictaminando si la emoción inicial era real o si todo queda en fuegos de artificio, pero, mientras, la ilusión nos hace más felices. Marqués, su regate, su descaro, su determinación, le han dado luz a un Atlético habitualmente gris. Sea temporal o permanente, se le agradece la esperanza.
Ayer también se reivindicaron Gabi, en su mejor partido de una irregular temporada, y Molinero, que convierte la habitual titularidad de Velasco en un misterio irresoluble. Manu hizo bien de Kezman, peleando, corriendo, abriendo huecos... sin fortuna con el gol. Pero de eso se encargó Antonio López, con una magistral falta directa a los 23 minutos.
Muy pronto, aventuramos los agoreros habituales, conociendo la tendencia rojiblanca a regalar goles al final y viendo como cada balón colgado hace envejecer diez años al pobre Leo Franco. Entre su espíritu salvador y el poste, que frenó por dos veces a Bodipo, el Atlético llegó por delante al descanso. Y ahí Piterman se alió con el enemigo.
El genio me confirmó un par de sospechas: no sabe de fútbol y no es muy listo. Así que dejó a Bodipo en el vestuario ante el mosqueo de la grada, que durante varios minutos le cantó, por informar más que nada, "Ni p... idea, no tienes ni p... idea". Y él, hablando por el móvil desde el banquillo. Lo mismo le estaban explicando el fuera de juego. Pobre Alavés. Y así la segunda parte fue cuesta bajo y sin baches para el Atlético que ganó utilizando a Petrov para perder tiempo y con Ibagaza agitando la toalla para animar, por hacer algo de ejercicio en todo el día. Una vez más, el descaro de los niños acaba desenmascarando a los adultos.