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Primera | Real Madrid - Málaga

Hoy toca tarde apacible o noche de tormenta

Vuelven Guti y Beckham. El Málaga saldrá con un once ofensivo

Actualizado a
<b>NOVEDADES. </b>Guti y Beckham regresan al once titular blanco.
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Hay pocos partidos que tengan un guión más previsible: el Madrid gana fácil, el Málaga acusa la pesadumbre de los equipos descendidos, Zidane se exhibe en su penúltima aparición en el Liceo y hasta Raúl marca un gol, seis meses después. El mundo se ordena, las nubes se levantan y los pajarillos cantan, especialmente el ave presidencial. Sin embargo, la experiencia nos dicta que adelantar los acontecimientos suele ser una insolencia que el destino no tolera y tampoco olvido que hubo quien dijo que mientras nosotros hacemos planes se escuchan carcajadas en el cielo. Así que habrá que ser cautos.

El reverso de lo esperado es tenebroso. Las reacciones son imprevisibles si el Madrid tropieza o juega desesperadamente mal, ya que al motín palaciego se podría unir la revuelta popular. Aunque antes del partido habrá peñistas que pidan firmas para solicitar elecciones, la mayoría de los aficionados todavía no se han pronunciado, más por estar desengañados (mejor lo malo conocido) que por sentirse contentos, entiendo. La reunión de la Junta directiva del próximo miércoles se presenta como una cumbre muy susceptible de verse afectada por cualquier viento, por mínimo que sea (los tres últimos empates pueden considerarse ausencia total de viento).

En ese ambiente de inestabilidad, cada paso de Fernando Martín tiene parecidas consecuencias a los de Peter Sellers en El Guateque. No se le cuestionan las intenciones, sólo la oportunidad. Ayer volvió a reunirse con los futbolistas antes del entrenamiento para pedirles unidad, responsabilidad y conceptos semejantes cuya repetición adormece. Entretanto, puja por Henry.

Deportivamente, el Madrid ofrece dos novedades: vuelven Beckham y Guti. Sus regresos, en principio, dejan fuera a Salgado y Pablo García. Por lo demás, se espera que, al igual que ocurrió en Getafe, el equipo vuelva a formar con el dibujo de 4-1-4-1, lo que abandona a Guti en el centro del campo y sube a Baptista hasta la mediapunta. Raúl mantiene su puesto en el vértice atacante y Cassano el suyo en la horizontal del banquillo. Por cierto, este muchacho con mofletes se parece muy poco al genio rebelde de Bari Vecchio que nos habían vendido. Tanto, que empezamos a pensar que las cassanatas son un postre.

Zidane, que se entrenó con precaución porque sufre molestias en un tobillo, no tiene aspecto de perderse el choque, ideal para que se luzca. Su conferencia de prensa del próximo miércoles (día de los cuchillos largos) huele a despedida y cada uno de sus minutos sobre el campo adquiere una trascendencia especial, casi de homenaje.

Descenso. Para el Málaga el encuentro también es una despedida de las alfombras de la aristocracia. Y es precisamente eso lo que podría descubrirnos una motivación particular en muchos de sus jugadores, más liberados sin la presión de los puntos, tal vez más estimulados, sólo acuciados por el deseo de venderse. Caso aparte merece Fernando Sanz, quien, cerca de la retirada, podría rendir su última visita al estadio que le vio debutar en Primera División, motivación que se añade a otras mil.

Inspirado por aquello de que cuando estamos perdidos el río no es mal destino, el entrenador malacitano anuncia una alineación valiente y ofensiva, coronada por Pablo Couñago. Manolo Hierro (que ha logrado siete puntos en doce encuentros) es un buen ejemplo de que no sirve cualquiera para cualquier cosa y hay quien no vale para nada. Alexis (gran futbolista) y el teniente Salva son baja por sanci Morales y Valcarce, por lesión.

El Málaga todavía no está matemáticamente descendido, pero lo estaría si pierde hoy y ganan Athletic, Real Sociedad, Racing, Espanyol y Mallorca. Al margen de esa funesta carambola, sus antecedentes son desalentadores. La última victoria del Málaga en casa del Madrid se remonta a 1946, en el viejo Chamartín. Es decir, no ha vencido jamás en el Santiago Bernabéu. Esta temporada el equipo no gana un partido desde el 4 de febrero (contra el Athletic) y sólo acumula cinco victorias.

Puestos a hablar de esperanzas que se desvanecen, el Madrid podría despedirse esta noche de sus remotísimas opciones de ganar el título y ver al Barcelona campeón. Como se puede apreciar, el encuentro viene acompañado de tanta guarnición que nadie echará en falta filete, esa vulgaridad de los puntos.