Primera | Real Madrid
Cassano: 5,5 millones de euros tirados a la basura
Sólo ha jugado el 26, 2 % de los minutos desde que fichó
Las urgencias con las que se presentó a Cassano en el Bernabéu el pasado 4 de enero, con honores y sueldo de galáctico (se pagó a la Roma casi 1.000 millones de las antiguas pesetas cuando quedaba libre en junio y percibe 3,5 millones de euros anuales) para hacer olvidar al lesionado Raúl, han quedado en evidencia 97 días después. El italiano sólo ha disputado 479 minutos con la camiseta del Madrid en todas las competiciones. Catorce encuentros (nueve de Liga, uno de Champions y cuatro de Copa), en los que únicamente ha conseguido dos tantos, el primero en Copa ante el Betis (falta incluida a Toni Doblas) y otro de bella factura en Liga ante el Atlético.
El italiano ha participado en el 26,2% de los minutos del equipo, siendo titular sólo en tres ocasiones. Los motivos son varios pero todos se resumen en uno: su precaria condición física debido a su sobrepeso. Cassano apareció el día de su puesta de largo con ¡11 kilos de más!, y aunque ha mejorado ligeramente ese aspecto de ex futbolista, actuaciones como las del sábado dicen muy poco de su compromiso por ponerse en forma. Su caída en el minuto 67 en boca de gol cuando se encontraba sólo ante Riesgo, evidenció su falta de coordinación y su debilitado sprint con el mismo perjudicado de siempre: el equipo.
Daños colaterales. Con su llegada, el ex presidente, la dirección deportiva y el cuerpo técnico han quedado en mal lugar porque hubo un delantero al que se le cortaron las alas cuando, al menos, su estado físico estaba al nivel de las exigencias: Soldado. El máximo goleador de Segunda (16 tantos) consiguió tres goles oficiales (y otro en el homenaje a Gil) con Raúl o Ronaldo en la enfermería, pero López Caro lo devolvió al Castilla para abrir las puertas a Cassano. El resultado es de sobra conocido.
No habla con la prensa y se entrena con pasotismo
Desde que Cassano llegó a Madrid su actitud es más desafiante que conciliadora. El delantero es muy distante, aunque correcto, cuando pasa por la zona mixta de Valdebebas o el Bernabéu, pero cuando es preguntado por alguna cuestión relacionada con su profesión o simplemente saludado cordialmente, pocas veces contesta. Únicamente sonríe. Los que le conocen le justifican con el hecho de que no habla español (no ha ofrecido ninguna conferencia de prensa tras su presentación), pero casos como los de Gravesen o Woodgate le quitan la razón. Además, Cassano es continuamente vigilado en los entrenamientos por los técnicos porque, aunque con el balón se esfuerza, su pasotismo a la hora de estirar o atender deja bastante que desear.