Primera | Málaga

"Hay que agarrarse a lo que sea, pero estamos muy mal"

La derrota en Riazor ha escocido más que ninguna otra. Por la manera, por la situación, por el poco tiempo que queda. Con el paladar aún amargo, el cabizbajo capitán blanquiazul apela a la esperanza, aunque sin perder un ápice de realismo. Se palpa el descenso, pero queda soñar.

<b>AMARGURA. </b>Fernando Sanz, durante el entrenamiento de ayer.
Félix Godoy
Actualizado a

Hay que agarrarse a lo que sea, pero estamos muy mal". Con amarga impotencia, Fernando Sanz admite el desalentador panorama que les rodea. Sabe que la situación es calcada a la de un enfermo terminal que no sabe qué hacer para curarse. El capitán blanquiazul, siempre en primera línea de fuego desde que el Málaga ascendiera hace siete temporadas, pese a todo, intenta alimentar la llama de la esperanza: "No me veo en Segunda División mientras las matemáticas me permitan soñar. Voy a poner el máximo empeño en que no suceda. Ni yo ni ningún malaguista desea bajar. Nos tenemos que aferrar a las matemáticas y al buen juego que estamos haciendo. También está claro que los objetivos se están alejando".

En las cuentas de la salvación estaban señalados el Betis, el Zaragoza y el Deportivo con rojo (no tanto el del Valencia, que supuso un punto). Sanz está convencido de que los méritos realizados por los pupilos de Manolo Hierro hubieran merecido un premio en forma de puntos: "El fútbol está siendo un poco injusto con nosotros. En los últimos cuatro partidos hemos estado muy bien y sólo hemos conseguido dos puntos. El palo del Zaragoza fue tremendo. El empate ya era injusto y terminamos perdiendo. Ante el Depor pudimos ganar y fuimos incapaces. Tampoco se puede reprochar nada a nadie".

La amargura de Sanz es la cara de la impotencia. La misma que se les quedó a miles de aficionados malaguistas viendo a través de su televisor el descalabro en A Coruña. Muchos se preguntan todavía cómo es posible que el Málaga bailase a todo un Depor (quinto clasificado de la Liga) y acabase perdiendo el norte. El capitán se lamenta de haber desperdiciado la última bala que les quedaba en la recámara: "La segunda parte la empezamos igual de bien que la primera. Tuvimos una ocasión de Manu muy clara, pero nos llegó un gol absurdo y a partir de ahí nos vinimos abajo y empezamos a ponernos nerviosos, imprecisiones llegó el segundo gol, que fue más absurdo todavía. Fuimos a remolque, a ráfagas y ya no". Sin palabras para acabar la frase.

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Para dificultar un poco más la situación del farolillo rojo de la Liga, el cruel calendario ha puesto en su camino al peor rival posible: el Barcelona. El intratable líder llega a Málaga con medio título en el bolsillo y pensando en la Champions. "El Barcelona ahora mismo está a otro nivel, pero son tres puntos como serán los del Getafe, los del Racing o los del Madrid. Lo que está claro es que ahora mismo son un tesoro y hay que cogerlos como sea", afirmó Fernando Sanz. El capitán blanquiazul sigue teniendo las cuentas de la salvación muy claras: "Se calculan seis victorias. Está difícil, pero aquí nadie va a tirar la toalla. Mientras hay vida hay esperanza. Creo en mí, en mis compañeros y en la gente que trabaja en el club. Hay gente que me pregunta cómo es posible que vayamos colistas. Si, finalmente, descendemos, iré con la cabeza alta por haberlo dado todo en estos siete años".

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