Una pelea por la segunda plaza con la Liga de fondo

Primera | Valencia - Real Madrid

Una pelea por la segunda plaza con la Liga de fondo

Una pelea por la segunda plaza con la Liga de fondo

juan navarro

Raúl, titular; Gravesen, baja. Baraja regresa al once valencianista.

Casi nada es lo que parece, miren a su alrededor. El Valencia, por ejemplo, da la impresión de estar en crisis, y hasta el entrenador, últimamente irascible, parece confirmarlo. Sin embargo, el equipo acumula quince partidos consecutivos sin perder y tan sólo se le pueden reprochar (si acaso) los recientes empates ante Getafe y Málaga, que le han retrasado en la persecución del Barcelona. Si eso es crisis, es crisis de ricos, nata en el café, caviar muy salado. El Madrid, por su parte, no ofrece, sobre el papel, mejores sensaciones: eliminado en Champions, con el vestuario revuelto... Sin embargo, es segundo en la clasificación, el equipo con más puntos en 2006 (22, uno más que el Barça) y el menos goleado como visitante (10, como azulgranas y valencianistas).

Ya lo ven, si analizamos estrictamente el rendimiento en la Liga, podemos concluir que esta noche se enfrentan dos grandes equipos, incluso al alza en el torneo, y que si están a diez puntos del liderato es sólo porque el Barcelona ha sido un rayo o un estornudo, lo que sea más rápido. ¿Hay pues motivos para que Valencia y Real Madrid aspiren a algo más que el segundo puesto, el que da derecho a jugar Champions sin disputar la ronda previa? Teóricamente, sí. El Barça sigue vivo en la Champions y tiene aspecto de vivir mucho. Sería lógico que se distrajera. Y no contará con Messi durante algún tiempo... No es extraña la refundación de La Cofradía del Clavo Ardiendo, La Cofradía del Clau Ardent, en rudimentaria versión valenciana, porque tanto Madrid como Valencia tienen derecho a afiliarse a la peña y a soñar con semejante y poderoso milagro.

Refuerzo.

En el equipo de Quique Sánchez Flores la principal novedad es el regreso de Baraja, ausente desde la visita del Getafe al ser operado de un pómulo. Solemos criticar la aparente debilidad de los futbolistas, los baños y los masajes, o el agua bendita que todo lo cura, pero si cualquiera de nosotros nos fracturáramos un pómulo no jugaríamos un partido en un año y no permitiríamos ni siquiera un beso de Scarlett Johansson en seis meses. Luego o son fuertes, o sus huesos sueldan muy bien. Por lo demás, la importancia de Baraja en el equipo en general y en Albelda en particular es enorme. Fabio Aurelio, que en su día fue postulado como sucesor de Roberto Carlos en el Madrid, vuelve al banquillo.

Como pueden observar es imposible referirse a este duelo sin mencionar agravios reales o imaginarios, pasados o presentes, incluso futuros, vinculaciones constantes. No es fácil destacar al estupendo momento de forma de Cañizares, el portero menos goleado de la Liga (19 tantos en 25 partidos), sin mencionar su pasado merengue. O enumerar las virtudes de Villa sin señalar que el Madrid siguió al delantero durante la pasada temporada, aunque el Valencia fue más rápido. Villa, por cierto, aunque lleva tres jornadas sin marcar, es el máximo goleador español del campeonato (15, tres de penalti) y el mejor artillero del Valencia desde que Mijatovic marcó 18 goles en la 95-96. Ya salió Mijatovic.

Por lo que al Madrid respecta habrá muchas novedades en la alineación. Beckham y Gravesen son baja por lesión y Roberto Carlos estará ausente por sanción. Por eso se espera que Raúl Bravo se escore al lateral zurdo, que Cicinho regrese al carril derecho y que Diogo, que continúa en el club, juegue en el centro del campo, labor que ya desempeñó contra el Alavés en el Bernabéu, y con bastante aseo.

Las dudas.

El asunto se complica de cintura hacia arriba. Dando por lógico el concurso de Robinho, que apenas jugó en Londres, el descanso de Zidane y la titularidad de Raúl, que nunca se esconde y a veces debería, Baptista, Cassano y Ronaldo se pelearán por una plaza en el ataque. Personalmente, apuesto por Ronie, pero los caminos de López Caro son inescrutables y últimamente, más.

Tal y como le ocurre a los clásicos, el encuentro es formidable. Salvo un empate que celebraría el Barça, quien salga vencedor se convertirá en la única amenaza del rodillo azulgrana. En la ida venció el Valencia (0-1) y nos descubrió que el Madrid no sería capaz de tutear a los grandes. Pero aquel era otro Madrid. Lo de ahora es un talentoso grupo de futbolistas que se sienten heridos en su orgullo. Y eso es peligrosísimo.