Messi acabó con los fantasmas

Liga de Campeones | Chelsea 1 - Barça 2

Messi acabó con los fantasmas

Messi acabó con los fantasmas

REUTERS

El Barcelona olvidó la trágica noche del 4-2 gracias al talento y el descaro de Leo Messi, que se revalorizó y reivindicó como un grande en Stamford Bridge. El Barcelona cosechó la primera victoria a domicilio de un equipo español en Stamford Bridge, acabó con la imbatibilidad de Mourinho en el coliseo londinense y puso medio pie en los cuartos de final.

El Barça recurrió a Messi, "el talento más grande del mundo a su edad" en palabras del simpático Mourinho, para romper el encuentro más complicado para los de Rijkaard en la presente temporada. El habilidoso argentino hizo enloquecer a Del Horno hasta forzar su expulsión, no por rigurosa inmerecida. Apenas unos minutos antes, Terje Hauge ya le había perdonado la amarilla por otra entrada a destiempo sobre el hoy líder del Barça.

Tras una primera media hora dubitativa, que el equipo de Rijkaard utilizó para despojarse de los nervios iniciales, el Barcelona se hizo dueño y señor del balón y comenzó a moverse con soltura sobre el embarrado y escaso césped de Stamford Bridge. Hasta entonces, el Chelsea, liderado por un omnipresente Lampard que ayudaba en la construcción del juego al tiempo que regalaba asistencias, sacaba pecho aunque sin probar a Valdés, ante un conjunto azulgrana algo nervioso, en especial en las jugadas a balón parado. Pero incluso hasta entonces los únicos remates a portería fueron azulgranas. A pesar de que Ronaldinho y Eto’o pasaron inadvertidos. Messi fue el primero en dar trabajo al checo Petr Cech, al que también pusieron a prueba sin suerte Ronaldinho, tras una gran galopada de Oleguer, Motta en un cabezazo bombeado y sin demasiada fuerza, y Deco, con un remate ligeramente desviado.

Poco más de sí dio la primera mitad en lo estrictamente futbolístico, a excepción de la expulsión de Del Horno y el penalti no señalado cometido por Geremi -sustituto de Joe Cole- cuando trataba de taponar un disparo desde la frontal del área de Cech.

El Barcelona salió acarajado en la segunda mitad y acabó pagándolo caro. Ante un rival con un hombre menos, aunque con Drogba en el campo en detrimento de Crespo, los de Rijkaard perdieron la mesura y el control del esférico, ante Chelsea que seguía apostando por darle el espacio y el balón al Barça, fiándolo todo a los frecuentes robos de balón de Makelele y a los contraataques montados por Lampard y Gudjohnsen.

Goles en propia meta

El esperado cruce entre los dos equipos más en forma del continente acabó por abrirse por los errores. Algo triste para la categoría del encuentro, pero a la altura del impresentable césped en el que se desenvolvió el duelo. Tras tres llegadas con peligro en el primer cuarto de hora de la reanudación, Drogba, Robben y Ferreira, este último realizó el primer tiro entre palos de los ‘blues’, la suerte de Mourinho hizo acto de presencia con el gol en propia meta de Motta, empujado por Terry. En una jugada a balón parado, el brasileño se adelantó al central y a Valdés para enviar el balón a la red.

Reaccionó el Barça a la desesperada, con la incorporación de Larsson en lugar del desafortunado Motta, y de nuevo de la mano de Messi, ahora ya con la ayuda de Ronaldinho, empujó a su rival hasta su propia área. El sueco avisó nada más salir, pero no fue hasta después de que Lampard estrellara el balón en el poste derecho de Valdés, que llegó el tanto azulgrana. Terry pagó los platos en esta ocasión. De nuevo en una jugada a balón parado. Ronaldinho la botó, Márquez la tocó de cabeza y Terry la desvió definitivamente a la red. El líder de la zaga del Chelsea fue el único capaz de batir a Cech hasta el cabezazo de Eto’o, que ganó su duelo particular con Drogba.

Después del empate llegó el previsible asedio barcelonista. Messi, al que Terry hizo un penalti escandaloso por placaje, y al que Motta a punto estuvo de arruinar una gran noche, envió un zapatazo al larguero. Poco más tarde Márquez, después de que los culés se quedaran sin respiración en el mano a mano que Valdés salvara ante Drogba, regalaba el definitivo 1-2 a Samuel Eto’o, que aprovechó el centro, adornándose incluso, para firmar el tanto de la victoria con un bello cabezazo. Un final de infarto para el mejor duelo europeo que puede contemplarse en la actualidad.