Madrid-Arsenal: primer duelo de dos leyendas

Si la paradoja fuera posible, diríamos que el partido es un "clásico inédito", pues se trata del primer duelo oficial entre dos clubes legendarios que no se han encontrado antes por los caprichos del destino y porque, a diferencia de lo que ha sido su brillante trayectoria en Inglaterra (trece Ligas, diez Copas, once Charities), el historial del Arsenal en Europa es asombrosamente menor, sólo una Copa de Ferias en 1970 y una Recopa en 1994, nunca más allá de los cuartos de final en la Copa de Europa, ronda que sólo ha alcanzado tres veces, la última en 2004.

Pero no importa. No importa nada. La ausencia de antecedentes (sólo se registra un amistoso en Highbury en 1991 con derrota blanca por 3-1) nos permite, por una vez, igualar nuestra débil memoria con los sabios en la materia y ser, como ellos, testigos esta noche del histórico debut del Arsenal en el Santiago Bernabéu, un estadio donde, por cierto, tampoco ha jugado nunca un partido oficial el Liverpool. Es curioso como damos por hecho lo que no ha ocurrido jamás.

En contra de lo que hubiera ocurrido hace sólo un par de años (cuando los gunners hicieron el doblete en Liga y Copa), el enfrentamiento parece claramente inclinado hacia el Madrid. El Arsenal, que la pasada primavera ganó su última FA Cup al Manchester, es ahora quinto en la Premier, a 25 puntos del Chelsea, y está eliminado de la Copa.

Hay quien asegura que es la diferencia de tener o no a Vieira en el equipo, pero lo cierto es que el club ha dado, conscientemente, un paso atrás en sus aspiraciones deportivas en beneficio de la construcción de un nuevo campo, el Emirates Stadium, que se estrenará en agosto y podría terminar de financiarse con la venta de Henry. La obligada austeridad económica ha permitido dar oportunidades a los jóvenes talentos que recolecta Wenger. Esta noche, en su once habrá cinco jugadores que no superan los 22 años.

La inexperiencia de los ingleses es mayor por las bajas. Tres titulares están fuera de combate: Campbell, Cole y Lauren. Adebayor no puede jugar en Europa porque ya lo hizo con el Mónaco y Reyes está recién salido de una lesión. Con Lehman (36) y Pires (32) demasiado viejos, con Ljungberg y Gilberto difusos, todo depende del inconmensurable Thierry Henry, el oscuro objeto del deseo de Florentino Pérez.

La pataleta. Entenderán que un partido tan esperado no lo podía ensombrecer la pataleta de Ronaldo, que ayer en rueda de prensa se quejó de que la afición del Bernabéu no le quiere, un lamento que incluía la amenaza de marcharse a final de temporada. Se pueden discutir las razones de Ronaldo, pero no cabe duda de que sus declaraciones son un ataque de egoísmo en el peor momento posible. Por lo demás, el asunto no es complicado: los goles eran la coartada que le libraba de su aparente falta de compromiso, de esfuerzo; sin goles, no hay coartada.

Sancionado durante la primera fase de la Champions, Ronaldo no jugaba esta competición desde el pasado 9 de marzo, contra la Juve, en Turín. Tendrá ganas, se espera. Tras él formará el equipo de gala.

El Madrid no pierde en casa en este torneo desde octubre de 2002 (0-1 ante la Roma, gol de Totti). Sólo ocho equipos ingleses han visitado el Bernabéu y ninguno ha salido ganador. Claro que para el Arsenal es historia ajena. La suya comienza hoy.