Míster, se ve mejor por la tele

Hierro acierta de pleno. No, se queda corto. El visionario pluriempleado se está tomando muy en serio eso de dirigir el partido desde la grada. Con la ele aún en la parte trasera del banquillo, quiere correr a más de 80 y emular a los técnicos de la Premier tipo Alex Ferguson, pioneros en eso de ver el fútbol calentitos junto al presidente de turno. Tanto frío no es bueno para los huesos. El veleño argumenta que a ras de hierba no ve bien el fútbol, que no se entera de qué va la película. Necesita elevarse para elevar así su capacidad para analizar un encuentro. Quizás echa de menos sus antiguas atribuciones de director deportivo. Esas tardes de palco donde el descanso servía para practicar las relaciones públicas. Que bien se ven los toros desde la barrera.

Lo dicho, se queda corto. Si quiere ver el fútbol de escándalo, innovar, hay un método infalible: la tele. Ahí sí que se ve bien. ¡Y encima repiten las jugadas! Lástima que a medida que uno se aleja del césped pierde capacidad para transmitir a sus pupilos. Y no está el horno para bollos. El Málaga es un club moderno, como sus entrenadores. Hierro quiere dirigir sentado en el cómodo palco; Lobo Carrasco adiestra al filial vestido con un impecable traje de chaqueta (otra modernidad). Algunos no deberían confundir el señorío (como el que tenía Tapia) con ser señoritos. Por cierto, Tapia puso de moda el uso del amplificador de voz. Manzano introdujo la figura del preparador físico-entrenador para vivir la vida. El próximo, seguro que dirige al equipo vía Internet.