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Primera | Atlético de Madrid

Pepe Murcia resucita al Atlético en sólo un mes

Hoy se cumple un mes del debut de Pepe Murcia como técnico del Atlético. Tras una inmerecida derrota ante el Betis y rozar el milagro copero en Zaragoza, los rojiblancos han ganado cuatro partidos jugando al ataque y sin hacer cosas raras. Esta es la revolución tranquila del cordobés.

<b>4 TRIUNFOS CONSECUTIVOS.</b> Ha encadenado cuatro triunfos y Europa vuelve a estar al alcance
alejandro gonzález

Del conservadurismo de Bianchi...

Tras varios cambios de rumbo, Bianchi acabó decidiéndose por un equipo tipo muy conservador, un 4-2-3-1 con un doble pivote eminentemente defensivo en el que el indiscutible era Zahínos. Cuando se rindió a la evidencia de que Ibagaza tenía que ser titular, lo hizo sacrificando a un delantero, principalmente Kezman.

Así, Torres se quedó completamente solo arriba, lo que dejaba a Ibagaza y Petrov sin alternativas de pase. El Atlético era un equipo plano hasta la saciedad y los números de la era Bianchi dejaron claro su estilo: 18 goles en los mismos partidos. Jamás el club rojiblanco había marcado menos tantos a esas alturas.

...a los cinco atacantes del cordobés

Tras un primer partido de transición ante el Betis, en el que mantuvo el esquema de Bianchi, Pepe Murcia dejó clara la que se ha convertido en la principal característica de su Atlético: todos al ataque.

El técnico cordobés sabe que lo mejor de su plantilla son los atacantes y sale con cinco de inicio, recordando a delanteras de otros tiempos, no sé si mejores, pero sí más valientes: Maxi, Ibagaza, Petrov, Torres y Kezman, con Galletti de comodín. La clave para sostener este sistema es Luccin, jugando como único mediocentro, algo casi olvidado en esta época de dictadura del doble pivote. Con o sin equilibrio, los datos cantan: once goles en cinco partidos y la afición como loca.

Compromiso:La plantilla sí cree en él

En realidad, todos los méritos de Murcia no servirían de nada si la plantilla no se hubiera comprometido al cien por cien con su nuevo técnico. Los últimos partidos de Bianchi fueron un esperpento, con un Atlético que bajaba los brazos al primer golpe. Fue irse el Virrey y volver las ganas. Los futbolistas han entendido que también eran culpables.

Manda el balón: Sesiones cortas pero intensas

La plantilla estaba hastiada de las eternas y aburridas sesiones de Bianchi, con mucho trabajo físico de mediana intensidad y el balón como actor de reparto. Ahora es el protagonista y los jugadores ya no van a entrenar como niños al colegio, deseando que se acabe y escaqueándose cuando el profe no mira. Son sesiones más cortas, pero más intensas y amenas.

Cambio de estilo: El diálogo frente a la distancia

Hartos del carácter distante y un tanto soberbio de Bianchi, los jugadores han agradecido el estilo de Murcia, muy exigente, pero que siempre va de cara. La labor psicológica del cordobés, que ha mantenido largas charlas individuales con cada futbolista, ha sido un éxito. Tampoco es desdeñable la normalización de las relaciones con los medios tras el mutismo del Virrey.

Manda la lógica: No se lía con experimentos

Bianchi se paso media Liga haciendo experimentos y acabó desquiciando a jugadores y afición, ésta especialmente sensible con el ostracismo inicial de Ibagaza y la exagerada importancia de Zahínos. Murcia no ha tenido aún ningún ataque de entrenador, no quiere inventar nada. Se limita a poner a los mejores y gana. Tan sencillo, tan poco frecuente.

Marca y juega: La recuperación del niño Torres

La primera vuelta mostró a un Torres desconocido. El Niño parecía perdido, le llegaban pocos balones y en varios encuentros no llegó ni a rematar. Con Murcia, ha marcado tres goles y ha dado otros dos. Además, participa continuamente y ha añadido al repertorio buenos pases entre líneas. Su exhibición ante el Barça fue espectacular. Con él bien, todo funciona.

Sin susto final: Concentración los 90 minutos

El Atlético de Bianchi se mostró como un equipo muy frágil, que perdía la concentración con facilidad y se echaba muy atrás en los finales de partido. Así volaron diez puntos en los diez últimos minutos de encuentro. Ése trauma parece ahora enterrado en el olvido y los rojiblancos ganaron a Deportivo y Real Sociedad en los últimos instantes.

Reparte minutos: Todos se sienten importantes

Bianchi abrió una importante brecha entre los titulares y los suplentes, que calentaban horas y jugaban segundos. Murcia ha recuperado a jugadores como Galletti o Molinero, que estaban casi inéditos. Además, titulares como Petrov y Kezman, que no se sentían importantes con el argentino, están cada día mejor.

Talento al poder: Ibagaza le da sentido al juego

Ibagaza ya había empezado a destacar en los últimos partidos de Bianchi, pero Murcia le ha colocado en una situación perfecta. Cuando el Caño recibe tiene cuatro opciones de pase por delante y con semejante panorama garantiza varios pases de peligro por partido. Si hay espacio y puede lanzar en velocidad a Torres y Petrov, el Atlético es temible.

Todos pelean: Mucha presión y salida rápida

Para sostener el arriesgado sistema de cinco atacantes es indispensable que estos presionen sin descanso. Están cumpliendo todos con una mención especial para Kezman, que desquicia a los defensas rivales, e Ibagaza, peleando más que en su vida. La presión genera robos en el centro de campo y contraataques letales. Así machacó al Barça y a la Real.

Un todoterreno: Al fin se ve al mejor Luccin

Luccin llegó hace dos veranos como el fichaje estrella, pero, muy castigado por las lesiones, había decepcionado. Murcia le ha recuperado para la causa dándole los galones absolutos en el centro del campo. Juega como único pivote y si él falla se cae el chiringuito. No lo está haciendo. Roba y asegura una salida limpia de balón.