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Primera | Real Madrid-Espanyol

Un navarro que habla catalán, que aprendió de Iríbar y creció en Éibar

Gorka Iraizoz

Gorka Iraizoz (Pamplona, 6-3-81) es el portero del Espanyol. Sí, el sustituto del mediático Kameni, que anda en la Copa de África, se está convirtiendo en un héroe. Lo para todo, ha renovado, tiene una pinta buenísima de gran portero y, encima, se ha destapado con el catalán. Gorka se ha "atrevido" con la lengua de la tierra que "tan bien me ha acogido". Su teoría es irrefutable: "A mí me gustaría que los que van al País Vasco puedan comunicarse en euskera, y lo menos que puedo hacer es aprender catalán, por respeto a la gente, a mi novia, a su familia...".

Gorka creció como portero en Lezama bajo la tutela de Iríbar, pero el protagonista tampoco quiere definirse como un heredero de su estilo. "Eso lo tendrán que definir ustedes", apunta. Pero si Gorka se anima se deja llevar por la sobriedad de Zubizarreta, un guardameta más de su tiempo, y que permanece en su retina.

Navarro y osasunista, las maravillas de su estancia en Lezama le acercó al Athletic de Bilbao, pero luego lo fichó el Espanyol, que le cedió al Éibar. Y allí triunfó. Son muchos clubes, muchos amores para tener sólo 24 años. Y más para un Gorka de gran corazón, capaz de no dejar de sonreír jamás.­