Murcia sale con todo

Cinco. Entre caprichos del calendario y enfermedades, ésta es la quinta previa de un Zaragoza-Atlético de la temporada. Y, pese a la monotonía, la repetición supone una buena oportunidad para diferenciar a un equipo normal de otro con más problemas de identidad que Mortadelo. Los aragoneses comenzaron la Liga siendo un equipo de calidad, tal vez un poco blando, pero que aspiraba legitimamente a entrar en Europa y pelear la Copa. Cinco meses después, superada una minicrisis otoñal, siguen respondiendo punto por punto a esa definición. Mientras, el Atlético, ¿cómo explicarlo? En el primer encuentro sólo se hablaba de Champions, Bianchi campeón... En el segundo, se pusieron malos. En el tercero, Bianchi se jugaba la cabeza y la perdió. En el cuarto, apelaba a la heroica para poder aferrarse a la Copa y... casi, pero no. Y todos estos vaivenes nos llevan al quinto, hoy, al que llega con la moral extravagantemente disparada teniendo en cuenta que lleva diez partidos de Liga sin ganar y que le acecha la lucha por el descenso.

Ibagaza al mando

La llegada de Pepe Murcia ha dado motivos para el optimismo. El equipo ha recuperado las ganas y el orgullo, así que es posible que en cualquier momento vuelva el fútbol. La apuesta, desde luego, es esa. Ibagaza al mando y a su alrededor todo el talento ofensivo que pueda reunir: Torres, Kezman, Petrov, Galletti... Tal vez hoy refrene un tanto el ataque suicida que planteó el miércoles, pero el Atlético actual siempre quiere llevar la iniciativa y eso es algo digno de alabar tras tantos meses de apatía.

El Zaragoza tampoco será esta noche el mismo y olvidará el conservador trivote de la Copa para recuperar su letal pareja de delanteros, Ewerthon y Diego Milito que, por separado, han ganado la partida a la defensa atlética en los dos últimos enfrentamientos. Vuelve al equipo Savio, otro mal enemigo tradicional para el Atlético, al que siempre se la lía. El Zaragoza acumula mucho talento arriba y el Atlético saldrá a cien por hora: el espectáculo promete.

La Virgen no tenía manto: símbolo de suerte

"No nos hace falta hacer una petición a la Pilarica porque debemos tener recursos para ganarle al Zaragoza", decía Pepe Murcia tras el paseo rojiblanco a la basílica del Pilar. Toda la plantilla caminó por la senda que se recorre el día de la ofrenda entre los gritos de las adolescentes al tener de cerca a Torres; los cariños de los aficionados locales a Galletti; las risillas veladas de muchas hinchas al ver a Kezman y los ánimos y peticiones de autógrafos a Murcia. Sólo tres días al mes, el 2, el 12 y el 20, la Virgen amanece sin manto. Ayer fue uno, signo que muchos interpretan como un guiño para la suerte del plantel. La plantilla puso velas y compró cintas. Algún muchacho cobró comisiones por dejar ver las imágenes que, con el móvil, habían guardado de Torres.