Cani fue el protagonista de la clasificación para cuartos de final ante el Atlético, y no está dispuesto a perderse la revancha de mañana en la Liga con los rojiblancos, a pesar haber sido operado de una fractura en la nariz el mismo miércoles por la noche. El futbolista dejó ayer por la mañana la Clínica Quirón y dejó claro su deseo de jugar, a pesar que los médicos recomiendan que no lo haga: "Creo que no debe jugar -dijo el doctor Jesús Villanueva-, pero la decisión será suya".

Cani pasó la noche hospitalizado, después de que la doctora Pinilla le interviniese el miércoles casi a medianoche: le practicó una reducción de la fractura, sufrida en un lance con el atlético Velasco, que tuvo a Cani en el quirófano alrededor de 40 minutos. La lesión se produjo exactamente en la misma zona que hace dos años, cuando se la rompió Del Horno en Bilbao.

A primera hora de la mañana dejó la clínica y pasó el día de reposo en su domicilio, lógicamente dolorido. Pero hoy piensa entrenar y mañana, jugar. "Mañana (por hoy) le quitaremos el taponamiento que tiene y pondremos una nueva férula", explicó el doctor Villanueva. En la anterior operación, Cani probó a entrenarse y jugar con una aparatosa máscara de protección, pero no se acostumbró demasiado, así que esa posibilidad está descartada.

Prueba.

Villanueva prefiere que no juegue: "La otra vez no se perdió ningún partido, pero pasaron ocho días. Ahora sólo dos; es muy poco, pero Cani es muy echado para delante", matizó el doctor. "Que la fractura sea en el mismo lugar no supone ningún problema ni peligro especial, pero aun así, insisto, creo que no debe ni puede jugar". El jugador probará a entrenarse hoy a un ritmo muy flojo y con la férula que se le va a poner. Lógicamente, lo hará a un ritmo flojo. Entonces se tomará la decisión: "Y va a ser suya, desde luego".