Primera | Betis - Atlético
Perea, el mejor del Betis
El Atlético fue superior, pero pagó un error del central
El año pasado, Perea parecía el mejor central del mundo. Una exhibición antológica en el Camp Nou fue la guinda y el colombiano, que había llegado seis meses antes, se sintió legitimado para pedir un aumento que el club, ante el clamor popular, se vio obligado a concederle. Ayer, Perea le regaló al Betis una victoria que mete de pleno al Atlético en el furgón de cola. No parece que ahora vaya a solicitar una reducción de salario. Las cosas del fútbol.
El Atlético de Pepe Murcia no mereció perder en Heliópolis, ante un Betis horrible, atenazado por los nervios de verse en descenso y que no generó ni una ocasión de gol. Pero se encontró con un jugador número 12, Perea. En el minuto 29, un balón inocuo llegó a los pies del colombiano en la frontal del área, que intento controlar y le regaló el balón a Robert. Muy listo, el brasileño cedió a Capi que disparó rasito y junto al palo, inalcanzable para un vendido Falcón.
Hasta el gol, el Atlético había dado síntomas de resurrección. Se ve que el adiós de BIanchi ha devuelto a los jugadores el compromiso que se les suponía por contrato. La presión era agobiante y el Betis perdía el balón antes de darse cuenta de que lo tenía. De golpe, Petrov ya no era un alma en pena desquiciado, sino el extremo imparable de inicios de temporada. Gabi, por fin con un técnico que cree en él, jugaba y hacía jugar, dándole un socio a Ibagaza, que continúa inspirado. Y Torres, aun sin puntería, remataba y aparecía sin descanso.
Todas esas buenas señales se diluyeron tras el gol. Mucho más cuando Perea culminó su día horrible con un segundo fallo de patio de colegio, que dejó a Joaquín solo ante Falcón. Pero el genio sigue melancólico y el estupendo portero rojiblanco le sacó el balón con un pie milagroso que, unido a un disparo de Torres que rozó el palo justo antes del descanso, permitió al Atlético irse con fe al vestuario.
La segunda parte se jugó cuesta abajo hacia la portería de Doblas. El Betis, con Rivera sobrepasado, se sostuvo gracias a su defensa y a la alarmante falta de puntería del rival. El asedio fue constante y Murcia acabó jugando con Torres, Kezman, Petrov, Ibagaza, Maxi y Galletti, pero daba igual. El Betis acabó indignado cuando Ayza Gámez, más pendiente toda la noche de pelearse con unos chavales de once años que de acertar con las faltas, añadió siete minutos. El miedo, comprensible, que le atenaza le hizo alarmarse sin tener en cuenta que el Atlético no hubiera marcado ni jugando siete horas más.
Una vez recuperado el compromiso y algo de fútbol, el gol es el próximo reto de Murcia. Su equipo emitió buenas señales y, así, no debería sufrir. Pero todo eso es especulación. Lo real son los tres puntos que permiten al Betis volver a respirar, mientras el Atlético sigue luchando contra molinos de viento.