Un puntito y todos felices

Toca crónica de tópicos. Al menos el resumen del partido. Empate justo. El Sevilla fue muy superior en la primera mitad, pero le contuvo la enésima exhibición de Pablo. Tras el descanso, despertó el Atlético, que falló las ocasiones habituales pero se ganó un puntito que dejó a ambos equipos contentos. Ah, y para terminar con las tradiciones, Mejuto se comió un penalti de Javi Navarro sobre Maxi. Los tópicos llegan a alcanzar esa categoría porque normalmente se cumplen. Así que ahí va el último: hasta los mejores árbitros son malos.

El Atleti salió al Pizjuán como si el golpe de Forlán en el partido anterior aún le tuviera groggy. En cuanto el Sevilla apretó un poquito, nueve rojiblancos se deshicieron como azucarillos. Firmes, los de siempre. Leo Franco metió las dos manos salvadoras de cada día ante Alves y Maresca. Es un portero que siempre está donde debe estar, conoce su oficio a la perfección y piensa un segundo antes que los delanteros. Si Leo da tranquilidad a los suyos, Pablo da miedo a los otros. Si no es el mejor central de España, que baje Luis Aragonés y lo vea.

La Selección. Además de poner a Pablo de titular, a Luis también le urge convocar a Alves, ponerle cinco minutos para que Brasil no se adelante y, después, ya pensará si le quiere o no. Aunque debería quererle. Ayer se comió a Petrov. Chocaron cuatro veces en los primeros diez minutos y el lateral ganó cada duelo y le comió la moral al búlgaro, que empieza a ser más efectos especiales que realidades.

Justo lo contrario que dos de los fichajes del genio Monchi, Maresca y Kanouté. El primero es un estupendo centrocampista, que al tradicional despliegue físico y táctico italiano suma una fenomenal pierna derecha. Él solito se comió a los medios rojiblancos, que, todo hay que decirlo, tampoco pasan de ser un frugal aperitivo. Kanouté fue su mejor aliado, aprovechando su cuerpo y su talento a partes iguales. Si Saviola hubiera estado lúcido, sobre todo, tras un regalo de Zahínos que se empeñó en complicar hasta fallarlo, el Sevilla habría dejado cerrado el partido en la primera hora.

Pero no fue el único delantero sin puntería. Kezman tuvo la mejor ocasión del partido con un tirazo desde la frontal, pero Palop hizo un paradón recordando el desperdicio que ha sido condenarle al banquillo durante casi toda su carrera. Después, el serbio falló una volea clara, pero al menos apareció, porque a Torres aún le están buscando. Y Pablo y Leo pueden garantizar muchos empates, pero en el Atleti el que gana partidos es el Niño. El puntito de ayer dejó satisfechos a unos y a otros. Juande presumió de defensa y Bianchi recibió la solidez que demandaba, pero ambos siguen varados en la tierra media. Faltan héroes.