Primera | Atlético
El Atlético no sabe jugar contra rivales con diez
El Villarreal arrancó un punto del Calderón después de jugar más de una hora con un jugador menos. Semejante descalabro no resulta extraño para el Atlético, que lleva tres temporadas sin aprovechar sus superioridades numéricas: de las últimas 21, sólo sacó algún beneficio una vez.
Decía Helenio Herrera que con diez se juega mejor que con once. Bueno, pues el actual Atlético ha convertido aquel dudoso principio en una verdad como un templo. El tropiezo del domingo ante un Villarreal que jugó con uno menos desde el minuto 16 fue la última muestra de que el equipo rojiblanco no sabe jugar contra diez. El dato es estremecedor: en las 21 últimas veces que el Atlético se ha encontrado con un hombre más, el marcador global es favorable a sus rivales por, ni más ni menos, que cinco goles a trece.
La maldición de las rojas a favor se remonta a la temporada 2002-03. En la jornada 30, Daudén expulsó a Filipescu en el minuto 48, cuando Betis y Atlético empataban a uno en Heliópolis. Luis García puso el 1-2, pero Arzu empató en los instantes finales. Desde entonces ha jugado otros veinte partidos con uno más y sólo en una ocasión (Mallorca-Atlético de la 03-04, 0-1 gol de Torres en el 88') el parcial durante los minutos que jugó en superioridad le fue favorable. En el resto, desastre. Sólo ganó, si ganaba antes de la roja y en seis ocasiones perdió puntos durante esos minutos.
En la presente temporada, el Atlético se ha encontrado en superioridad numérica contra el Getafe y el Villarreal. En ambas ocasiones, además, durante muchos minuto. Ante el Geta, Cotelo fue expulsado en el 60' con empate a cero y los de Bianchi no sólo fueron incapaces de crear ocasiones sino que permitieron que Pernía marcase y volaran los tres puntos del Calderón. Con el Villarreal, Forlán empató ya en igualdad, tras la roja a Luccin, pero durante 70 minutos con uno más el Atlético no supo rematar el partido.
No concreta. Este mal, que comienza a resultar endémico, nace de la falta de pericia rojiblanca en el manejo de los partidos. Desde su regreso a Primera, el Atlético no ha mantenido una relación fluida con el balón. No le gusta dominar la posesión, ya que el centro del campo es su línea más floja, y le falta un pasador que aproveche los huecos cuando el rival debe remontar (caso del Villarreal) o que encuentre la manera de romper una defensa cerrada (la del Getafe). Si a sus problemas creativos se suman, como sucedió el domingo, la falta de puntería y los errores absurdos en contraataques claros, la superioridad se convierte en una anécdota.
Toledo protagonizó la remontada más dolorosa
De todas las remontadas que ha permitido el Atlético a rivales con un jugador menos, la más dolorosa se produjo en la jornada 37 de la temporada 2003-04. El equipo que entonces dirigía Gregorio Manzano necesitaba ganar al Zaragoza en casa para asegurarse la UEFA y vencía por 1-0 en el minuto 87, cuando fue expulsado Cuartero. Con uno menos y sin jugarse nada, el Zaragoza daba el partido por perdido, pero la zaga rojiblanca cometió dos errores absurdos y Toledo convirtió ambos en gol en los minutos de prolongación. Finalmente, el Atlético no entró en Europa por un solo punto. Un año antes, con Luis Aragonés en el banquillo, los rojiblancos perdieron la UEFA en Riazor (jornada 36) cuando se dejó remontar un 0-1 y un 1-2 por un Depor con diez que acabó ganando por 3-2. Los entrenadores han ido cambiando, pero el problema permanece.