Gonzales-Vigil quiere confirmar la crisis levantina

El Levante visita La Rosaleda bajo conato de crisis. En esto del fútbol mandan los resultados y a José Luis Oltra se le está acabando el crédito. De los últimos doce puntos, tan sólo lograron dos. Paupérrimo bagaje para uno de los gallitos de la categoría. El entrenador azulgrana alineará una potente y veterana línea defensiva con Nagore y Camacho por delante. Las dudas surgen arriba. Manchev cuenta con muchas papeletas de medirse en solitario a Torrejón y Armando. Huele a contragolpe y amarrar los puntos. Oltra recela de la capacidad de improvisación de los locales. Teme que el filial le estalle en las manos.

Para confirmar dicha crisis estará en el campo el trabajador Gonzales-Vigil. Añón se lo juega casi todo a esa carta. Aunque tampoco está en un gran momento el filial. La derrota en Lorca escoció. Defensivamente, el equipo es bastante sólido. Si algo hay que achacarle, es una cierta candidez en instantes claves de los partidos. Ahí se le van los puntos. En Segunda, los despistes se traducen en goles. Esa inexperiencia también se refleja en la delantera. Ofensivamente está al nivel de las etapas de Tapia y Bakero, a veces da la sensación de ser superior, pero nadie concreta. El técnico busca y rebusca ese mediapunta que enlace medular y ataque con eficacia. Nadie recoje el guante. Es el puesto maldito.

Añón: "No estamos jugando mal pero nos falta algo de suerte a la hora de materializar las ocasiones de gol".

Oltra: "Son un bloque muy correoso e imprevisible. Son jóvenes e inexpertos, pero tienen muchísima calidad".