El Espanyol gana pero no mejora nada su imagen

Sí. Después de un partido nefasto, horroroso, lamentable y para olvidar, el Espanyol estará en el bombo del próximo día 4 de octubre en Nyon. Ganó por 2-0 a un Teplice que no puso las cosas fáciles, sobre todo en la primera parte. Al equipo de Miguel Ángel Lotina le costó meterse en el partido. Los checos, poco a poco, le fueron comiendo la moral a los barceloneses, que sólo reaccionaron después de que Gorka Iraizoz le sacara con una gran parada un testarazo a Rilke. Eso fue en el minuto 25 y hasta entonces el Espanyol no había existido.

Albert Riera, uno de los flamantes fichajes del equipo perico, tomó las riendas del ataque blanquiazul. Arropado desde atrás por un buen Iván de la Peña, el mallorquín trató de ponerle un poco de salsa al equipo. Le dio un magnífico pase a Luis García, al que no llegó por poco el asturiano.

La segunda parte fue más de lo mismo, hasta que el equipo se acomodó en su confianza. Fue Juanfran Torres el que lideró entonces al grupo. Lo hizo desde la derecha, organizando unas contras interesantes, pero que no se acababan de materializar. Curiosamente, en una acción iniciada en la izquierda por el diestro Sá, De la Peña se inventó un taconazo y Fredson comenzó a bailar la capoeira, la danza brasileña que utiliza para celebrar sus goles. Pero lo mejor estaba por llegar. Cuando agonizaba el triste espectáculo, apareció Jofre Mateu, que en dos minutos puso patas arriba el Olímpic. Jugadón y golazo. Objetivo cumplido. El Espanyol, al bombo.