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Segunda | Polémica

Mannara: "Habría que matar a este colegiado"

El Pontevedra es un grito. Michel: "Somos ajenos a esto".

X. Fortes
Rayo
xiadas

El tiempo transcurrido no ha aplacado el malestar en el Pontevedra tras el partido ante el Rayo. El colegiado Gómez Carbajo, en un delirante final, expulsó a cuatro jugadores granates (uno de ellos del banquillo) y a su técnico, Alberto Argibay, y reflejó en el acta que dio por finalizado el partido en el minuto 89 ante el número de objetos que caían al campo y después de que incluso un espectador saltase al terreno. La ira de sus aficionados fueron creciendo según se sucedían las expulsiones y llegó a su clímax con el empate del equipo madrileño, en la prolongación, y sobre todo cuando éste logró el gol del triunfo tras no devolver un balón que había enviado fuera el portero del Pontevedra para ser atendido.

Uno de los expulsados, el argentino Mannara, fue el más vehemente en sus declaraciones: "Esto sucede en mi país y el árbitro no sale vivo, la gente entra en el campo y lo mata a piños. Esto es otra cultura. En Argentina están un poco locos y es mejor esto, pero a este árbitro habría que matarlo". Alberto Argibay fue el único que hizo algo de autocrítica. "El árbitro fue un descerebrado y nosotros no tuvimos cerebro".

¿Y el Rayo? Pues al margen de las quejas por la lluvia de líquidos bucales con la que fue despedido por el público, se siente ajeno a lo sucedido. "Se dieron varias circunstancias para la sinrazón. En el barullo entraron todos excepto el Rayo, que lo único que hizo fue darle la vuelta al resultado".

Teresa Rivero: "Tuve miedo, no vuelvo allí"

"Fue un robo, un indeseable nos truncó la victoria. Es la segunda vez que nos lo hace", dice el presidente del Pontevedra, quien también arremetió contra Teresa Rivero: "Echó pestes de los jugadores del Pontevedra". Ella lo niega: "Estuve de lo más callada. Sólo hice dos comentarios. Uno, a Adolfo Rivero: 'Están dando caña, tela'. Otro a él: 'Deberíais tener cuidado con lo de la afición porque os van a cerrar el campo'. Además, se fue y me dejó sola con 30 personas vueltas hacia el palco y diciéndome de todo menos bonita. Me daba miedo y tuve que esperar a que un Policía nos sacará por detrás. Es la última vez que voy a Pasarón".