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¿Un problema más o menos?

Llevaba días el madridismo escudriñando las bondades del cuadrado mágico, ése que nace en los ángulos mágicos, y estudiando las virtudes de los triángulos posicionales desvelados por Vanderlei Luxemburgo en las páginas de este diario cuando, de repente, la noticia de la lesión de Zidane aclara de un plumazo el panorama de la alineación para las próximas tres semanas.

La fulgurante aparición de Robinho en aquellos 25 minutos del Ramón de Carranza y el parón obligado por los compromisos internacionales de las selecciones invitaban a días para la reflexión, para intentar descubrir la forma de colocar sobre el terreno de juego a toda la nómina galáctica. Es decir, Beckham, Baptista, Zidane, Robinho, Raúl y Ronaldo.

Y la fórmula la puso sobre la mesa el propio Vanderlei Luxemburgo con su cuadrado mágico y el 4-2-2-2. Éste era el ‘eureka’ del brasileño, con el cambio de Gravesen en Cádiz, ante la posibilidad de una suplencia de Raúl o Zidane, los señalados por casi todos para ocupar un lugar en el banquillo de los suplentes.

Sin embargo, la decisión de Zidane de volver a su selección ha traído de nuevo los problemas del conocido y temido virus FIFA. Con una rotura muscular, el francés estará tres semanas de baja y se perderá los partidos frente al Celta, el Espanyol y el Athletic en Liga, así como los de Liga de Campeones contra el Lyon y el Olympiakos. Una ausencia que deja limpio el sitio de Robinho en el once titular y la duda de si esto supone un problema más o un problema menos para Luxemburgo.