Javier Tebas y sus títeres

El refranero español dice que nadie da duros a cuatro pesetas. Con Javier Tebas ocurre algo parecido. El abogado aragonés fue vital para los clubes modestos en las negociaciones por los derechos televisivos alformar un G-30 en el que hace y deshace a su antojo. Mueve a los equipos como si fueran títeres en manos de un especialista en la materia. Tan cogiditos debe tenerles, que consigue que se pongan en fila de a uno como colegiales obedientes. Ni los Hermanos Maristas. Qué le habrá dicho a Barriuso para que éste pasara el domingo de negarle tres veces a Samper que no impugnaría a plegar velas ayer por la mañana. El ejercicio del presidente del Éibar es digno de estudio. En la temporada pasada, cuando surgió el lío con el Celta, apeló al código que dicta que los partidos se acaban cuando pita el arbitro. ¿Y ahora qué? Lo dicho, de pureza y santidad la mitad y a impugnar. Continuará.