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Segunda B | Rayo 3 - San Isidro 1

Rubio, Zarandona y Molina, el tridente goleador del Rayo

El San Isidro terminó jugando con ocho futbolistas

<b>LUCHADOR. </b>Armentano, que entró en la segunda parte, disputando un balón.
alejandro gonzález

El Rayo tardó en entrar en el partido, pero cuando lo hizo fue letal. La primera mitad le sobró. En ese periodo no exihibió ni una sola de sus cualidades. También fue cuando el San Isidro mostró lo mejor de su juego, cuando Guille marcó el gol que le adelantó en el marcador y cuando Rubén Blaya encogió el corazón de los rayistas al mandar un balón al larguero.

La de la segunda parte fue otra historia. Comenzó a redactarla la expulsión de Valdés en el último minuto de la primera, a perfeccionarla Míchel con los cambios y con la alineación de hasta cinco jugadores de ataque, y a darle el matiz franjirrojo los goles de Rubio, Zarandona y Raúl Molina. El guión se había convertido en un monólogo, que se acentuaba a medida que el San Isidro iba perdiendo efectivos. El equipo tinerfeño terminó con ocho futbolistas.

La nota de protesta la puso la peña Bukaneros a propósito de la Copa, al exhibir una pancarta con un texto elocuente: "En este circo, nos negamos a ser los payasos".