Intertoto | Athletic 1- Cluj 0
La desgracia no se ha ido
El Athletic queda fuera de la Intertoto en los penaltis. El Cluj anotó todos sus lanzamientos en la tanda. Mucho esfuerzo, poco fútbol
Los penaltis volvieron a decidir para mal una eliminatoria del Athletic. En unas fechas intempestivas y a traición, ese punto blanco volvió a ser fatídico. Los lanzamientos desde once metros echaron al Athletic de la Copa y le han impedido seguir avanzando por el camino más tortuoso posible hacia el sueño de otra participación en la Copa de la UEFA.
No han pasado ni dos meses de lo del Betis y la historia se repitió ayer. Con otros protagonistas, pero con el mismo desenlace. Lafuente, el único que se vio en el mismo trance, volvió a sufrir en sus carnes la crueldad de la tanda. El portero de Retuerto no detuvo ni uno de los lanzamientos de los rumanos y el Athletic quedó fuera de la Intertoto.
Justo o no, es lo que quedó porque el futbol del Athletic no ha dado para más. Ayer tampoco. Sobró esfuerzo y sacrificio, pero faltó juego. Europa tendrá que esperar.
En la primera mitad, el Athletic mostró todos los defectos que ha apreciado José Luis Mendilibar en apenas dos semanas: mucha velocidad, muchas ganas, mucho sacrificio, pero poco sentido, nula precisión y ningún remate porque nadie llegaba. La referencia de Dañobeitia no era válida por ser una referencia con quince centímetros menos que Urzaiz, Llorente o Azkorra.
Los jóvenes jugadores del Athleticc chocaban y chocaban, pero la productividad de ese esfuerzo era nula. El técnico dice que está bien correr, pero es mejor saber hacia dónde correr. Y de los más expertos (Guerrero, Jonan, Javi González...) nada se sabía en un choque tan pasado de revoluciones ya no podía entrar en contacto con el balón.
La primera vez que los jugadores se colocaron donde debían, es decir en los espacios, llegó el primer gol. Javi González se ubicó entre los centrales y allí puso el balón Jonan García para que el de Zorroza se desquitara del penalti que falló en Cluj-Napoca e igualara la eliminatoria. Era el primer remate entre los tres palos, tardó 36 minutos en llegar.
En todo el rato anterior, el partido fue una sucesión de carreras para un lado y para el otro, un correcalles atropellado, porque el Ecomax Cluj tampoco hizo trabajar a Lafuente. Los rumanos dominaban el balón y buscaban las espaldas de la retaguardia, sobre todo tras las pérdidas de balon del Athletic, pero los defensas bilbainos, con Amorebieta de jefe, tenían aprendida la lección y desactivaron a Anca y Tilinca. Y eso que Casas, extremadamente lento, perdía la posición con facilidad y obligaba a salir a demasiadas coberturas a los centrales. Mendilibar lo vio y dejó al de Sopelana en el banquillo tras el descanso. Ya sabe que el técnico del Athletic no quiere dejar pasar ni una.
Guión previsto. El equipo bilbaino seguía el plan trazado por Mendilibar. Al descanso con un gol de ventaja y, sobre todo, con la portería propia imbatida a la espera de que el Ecomax Cluj perdiera enteros en su condición física. Eso tardó en ocurrir porque los transilvanos incluso elevaron la agresividad de su juego en el primer cuarto de hora de la segunda mitad.
Pero el equipo de Dorinel Munteanu es el undécimo clasificado de la Liga rumana y tampoco va sobrado de calidad. El Athletic logró controlar y en apenas dos minutos pudo tomar la delantera. Primero, Jula remató contra su portería y el balón golpeó en el larguero. Luego, De Paula se comió la pelota en una llegada franca. Y, después, Dañobeitia y Jonan no supieron culminar un contragolpe bien fabricado por el chaval de Barakaldo, a quien no se le puede discutir la paliza que se pegó. La misma que su paisano Gontzal, que trabajó por toda la banda derecha y recibió hasta en el carnet de identidad.
Es lo que tienen estos jugadores, que no tienen el gol entre ceja y ceja. Y eso, por más que se empeñe y se desgañite Mendilibar, no es algo que se pueda cambiar en quince días. Tiene que ver con la manera de ser y lo que se mama desde pequeño.
Estas oportunidades asustaron al Ecomax Cluj, al que le llevó unos minutos regresar al partido. El Athletic no lo aprovechó y bien que le pesó porque el paso de los minutos empezó a hacer mella. De Paula y Javi González tuvieron que dejar el partido y el equipo bilbaino perdió el rumbo por momentos. Los de Transilvania trataron de quemar sus naves, pero a empujones y sin claridad, en busca del gol que le diese la clasificación.
Enfrente, la falta de fuelle acabó con las pocas ideas que quedaban y el partido se veía abocado a una prórroga que nadie quería y que, sobre todo en San Mamés, es como la bicha a la que nadie quiere mentar porque hay acontecimientos aún muy frescos en la memoria.
A día 9 de julio, al Athletic le falta preparación y al Ecomax Cluj le sobra, así que poco se podía esperar de los treinta minutos de agónica propina que decretó el árbitro portugués, quien, por cierto, tuvo una actuación destacada porque intervino en el juego menos de lo que suelen hacer muchos de sus colegas. Incluso, a veces pudo pecar de demasiadas omisiones.
Media hora para nada. En la prórroga, lo más significativo fue que Munteanu ordenó su propia sustitución. El entrenador-jugador se cansó de estar cansado y se metió en el banquillo para seguir dando órdenes. Son las ventajas del doble cargo y de su ascendencia en el fútbol de Rumanía. 125 veces internacional, nada menos.
El caso es que el Athletic, ya con Lizoain arriba, tenía una referencia más clara, pero ahora fallaban las fuerzas y ningún envío llegó con posibilidades de que el delantero de Zizur Mayor pudiera rematar, ni siquiera ante un portero tan errático como Turcas.
Así, los minutos pasaban sin jugadas ligadas, con los jugadores más en el suelo que de pie y el portugués diciendo "sigan, sigan" cuando le miraban. Seguir querían, pero no podían los jugadores, los 22 que estaban en el campo y que pedían oxígeno y los penaltis que deberían haber llegado media hora antes por pura compasión. Guerrero pudo sentenciar, pero le llevó un rato disparar y lo hizo tarde y mal.
Tantos minutos dieron muy poco fútbol y la eliminatoria tuvo que decidirse en la suerte más injusta del fútbol. Durante la semana no se ensayaron los penaltis porque en quince días no se puede hacer todo. Da igual, es el sino. La decepción fue grande, pero los chavales del Athletic son desde ayer mejores jugadores.
Los detalles: cinco cambios en la alineación
Mendilibar anunció cambios en el equipo, pero no se esperaban tantos. Cinco realizó el técnico, que tocó todas las líneas respecto al partido de Rumanía. Sorprendió la entrada en el once de Gontzal en el lateral derecho y de Dañobeitia en el ataque. Paredes, titular en Cluj-Napoca, se quedó fuera de la lista.
Pleno de jugadores vizcaínos en el once
En tiempos de discusión con los equipos vecinos sobre la procedencia de los jugadores de la cantera del Athletic, el equipo bilbaino salió ayer al campo de inicio con once jugadores vizcaínos por primera vez en mucho tiempo. Los cambios en la alineación provocaron esta circunstancia. Y no sólo eso, sino que del banquillo salieron otros dos jugadores nacidos en Bizkaia. Sólo la participación del delantero navarro David Lizoain impidió un pleno que, sin duda, habría agradado a los socios y seguidores del Athletic y a los clubes de base de los que salieron estos chavales. La mayoría de estos futbolistas, lo mismo que el propio José Luis Mendilibar, debutaron ayer en San Mamés en un partido de competición oficial, que eso y no otra cosa es la Intertoto. Todos, técnico incluido, se dejaron la piel en el empeño.