La pizarra de Bianchi
El Virrey es un técnico pragmático y sin excentricidades. Los jugadores rojiblancos empezarán a conocer sus pautas a partir del próximo 6 de julio. Ordenado y simple, Bianchi es un entrenador cercano al futbolista, que transmite y contagia más que ordena. Ésa ha sido la clave de su éxito.


La actitud y la unión es más importante que el sistema". Con esta frase suele abrir siempre Carlos Bianchi cualquier debate táctico con el osado que le proponga tal desafío. Al Virrey le gusta etiquetarse con el calificativo que le dedicó en su día César Luis Menotti: "Ordenado. Eso, para algunos, es un reconocimiento mezquino. Para mí, es la mejor manera de definirme". Sin embargo, su gusto por lo sencillo, su temor al retruecano, no evitan que sea un obseso del detalle y un escrutador minucioso.
Su filosofía para llegar al éxito es controlar todo lo que esté en su mano, a sabiendas de que "el entrenador sólo tiene una incidencia del 30 por ciento en el resultado final. Debe tratar de no equivocarse en los jugadores que elige, no fallar en la formación ni en la táctica, pero esencialmente tratar de transferirle al equipo su propia personalidad". Esto último será el primer objetivo que se marcará el técnico cuando conecte por primera vez con la plantilla rojiblanca.
Individualidad.
Conocimientos sobre el juego aparte, si algo se ha ponderado de Bianchi es su habilidad para liderar grupos y, sobre todo, su capacidad para ganar para el global al jugador que siempre ha jugado para el lucimiento propio. "La individualidad puede salvar al equipo un día, pero el bloque puede auxiliar a la individualidad todos los días. Trato de que los chicos entiendan eso", esgrime el técnico. Bianchi nunca utilizó psicólogo y en realidad, según sus jugadores, nunca lo necesitó. Su relación parte de la trasparencia. Jamás el Virrey ha vendido en un vestuario la cantinela de aquí no hay titulares ni suplentes. Él elige desde el comienzo once en los que confía, y su gran virtud es mantener motivado al resto, de los que siempre saca partido.
Querrá utilizar un 4-4-2 con enganche
La intención de Carlos Bianchi es utilizar, como hizo en su doble etapa exitosa en Boca, el 4-4-2 como sistema. Durante su primer periplo xeneize el medio campo formaba en rombo, con Riquelme en el vértice más ofensivo. Para trasladar ese modelo al Atlético tendrá que comprobar el estado de Ibagaza. En Boca no pudo disponer de jugadores puros de banda lo que hacía que el sistema acabara como un 4-3-1-2, pero confía en que con Petrov y Gronkjaer pueda contar con mucho más desborde por los costados.
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El doble pivote es la otra opción
Si el mediapunta no funciona, el doble pivote será la solución. El equipo pierde verticalidad, pero se hace mucho más rocoso en defensa. Si Bianchi decide jugar así, exigirá llegada a sus hombres de segunda línea, algo de lo que careció el Atlético durante la pasada temporada.



