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Bianchi y los vendedores de humo

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El Atlético, en su afán por encontrar el rumbo que perdió hace ya demasiados años, ha decidido poner su proyecto deportivo, si es que existe como tal, en manos del argentino Carlos Bianchi, uno de los entrenadores más respetados de Sudamérica. El historial como técnico de Bianchi es tan impresionante como abrumador, hasta el punto de que ha tapado casi por completo su brillante carrera como futbolista. Ahora es el Virrey, pero antes fue Carlitos Bianchi, uno de los goleadores más grandes de la historia de Vélez y estrella del fútbol francés en los años 70.

La contratación de Bianchi puede ser el primer paso para recuperar el tiempo perdido o un nuevo volantazo sin sentido. Que suceda una cosa u otra no depende tanto del técnico como de las decisiones que tomen a partir de ahora los máximos dirigentes del club y el director deportivo. Si la llegada del entrenador argentino va acompañada de una política de fichajes coherente y acorde con las verdaderas necesidades del equipo, que son enormes, la afición quizá pueda volver a sonreír. Pero si quienes deciden los fichajes continúan sin asumir la verdadera dimensión del problema, sería lícito que los socios pensaran que este tipo de maniobras sólo sirven para vender humo e ilusionar de forma ficticia a unos seguidores muy desencantados.

Ha llegado el momento de afrontar la reconstrucción de la plantilla con jugadores de verdad, de actuar con tacto y paciencia, de mostrar una habilidad negociadora hasta ahora desconocida y olvidarse por un momento de esas pretensiones de grandeza que se corresponden más con el pasado que con el presente de la entidad. El sueño de disputar la Liga de Campeones es maravilloso, pero para ello el Atlético deberá recuperar primero el sitio perdido entre los mejores equipos de España.

Bianchi posee la experiencia y el carácter necesarios para recuperar a este enfermo y, si le dejan libertad para trabajar, tiene recursos suficientes para no tropezar en los errores que cometió en la Roma, donde fracasó en su última experiencia como técnico en Europa. Es el momento de ver si quienes mandan en el Atlético también han aprendido de los errores que les han llevado a vivir en el fracaso.