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El Milan enseña a perder al Inter

Un gol de Kaká a falta de un cuarto de hora para el final del partido permite al Milan seguir como líder. El Inter pone fin a una racha de 40 partidos oficiales sin perder.

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Un gol del brasileño Kaká (m.76) dio al Milan, que ejercía como visitante, el derbi milanés con el Inter (0-1), con ello el liderato compartido con la Juventus y acabó con la condición de invicto de un equipo interista que llevaba toda la campaña sin caer en partido oficial.

Eran 40 partidos oficiales (Liga y Copa italiana y Liga de Campeones de Europa) los que llevaba el Inter sin perder. Esta noche cayó en el cierre de la vigésimo sexta jornada liguera transalpina, y duele más al perder con el eterno rival y diciendo ya prácticamente adiós a la lucha por el "scudetto".

Eso sí, como consuelo, la derrota del Inter fue inmerecida ya que buscó e hizo más que el Milan. El partido, además de por la tensión, orgullo y pasión que trae todo derbi de rivalidad local, estaba también marcado por el resto de los resultados de la jornada. Obligaban al Milan a un triunfo si quería recuperar el liderato que horas antes le había quitado la Juventus con su triunfo casero ante el Siena (3-0).

El Inter también tenía mucho en juego: prácticamente, su última ocasión para engancharse a la lucha por el título; además de recuperar la tercera plaza que ayer le quitó la Sampdoria al ganar en terreno del Brescia (0-1).

De inicio, el técnico Roberto Mancini presentó un Inter con la pareja atacante Christian Vieri-Oba Martins. Se quedaba en el banquillo el brasileño Adriano, últimamente en horas bajas, sin gol y menos solidario que los anteriores en el trabajo de grupo.

En el Milan, Carlo Ancelotti, ante las lesiones de Stam y de Andriy Shevchenko, volvió a poner en liza el esquema 4-3-2-1, con dos media puntas (el portugués Manuel Rui Costa y el brasileño Kaká) por detrás de un sólo delantero (el argentino Hernán Crespo). Algo que le había dado gran resultado en su reciente y victoriosa visita al Manchester United.

La contienda resultó ya desde el comienzo rápida e intensa. Vio pronto a un Inter con ganas, agresivo, que tomaba la iniciativa y que daba una mayor verticalidad a su acciones que un Milan más agazapado.

Mancini había ordenado una presión alta sobre la salida con balón de Andrea Pirlo, sabedor que de sus pies inicia la creación del Milan. Misión que cumplió mucho tiempo con efectividad el argentino Esteban Cambiasso.

Con un Pirlo "ahogado", el Milan sufría. No encontraba su ritmo, no tenía el esférico lo deseado, no se prolongaba lo habitual en ataque y buscaba el contragolpe. Eso sí, tiene una defensa excelentemente comandada por Alessandro Nesta y un Paolo Maldini por el que parece que no pasan los años y hoy sumó su 48 derbi milanés (el que más de ambos clubes).

Hubo que esperar hasta el último minuto de la primera mitad para ver la verdadera primera gran oportunidad de gol: excelente y potente (133 km/h) disparo del interista argentino Verón, desde el borde del área tras recoger un rechace, ante el cual el meta brasileño Dida realizó un auténtico paradón.

Se iba al descanso sin goles, con el brasileño Serginho en lugar del lesionado Kaladze (m.36) en el Milan y dejando atrás un dominio infructuoso del Inter.

El mayor empuje interista siguió en la segunda mitad, pero se equilibraron algo las cosas al entrar más el juego Seedorf en el conjunto milanista. Pero seguían ausentes las ocasiones de gol.

El primero en mover pieza tácticamente fue Ancelotti: quitó a Rui Costa y sacó a Costacurta (m.65), quien pasó al lateral izquierdo y, con ello, Serginho adelantó su posición en la banda. Mancini contestó luego poniendo en liza al turco Emre por Verón (m.75).

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Pero lo que llegó fue una totalmente afortunada acción: rechace que llega a Gattuso, quien desde el borde del área lanza un disparo fallido que lleva el balón a un solitario Kaká, tenido en juego por la lentitud de Emre en salir de su misión de cubrir el palo en el saque de esquina que dio inicio a todo, y el brasileño también en semifallo, pues deseaba controlar y no disparar, bate con un toque a Toldo (m.76).

Como en precedentes partidos, el Inter apeló en el último cuarto de hora al corazón y la garra, a la desesperación. Se volcó con todo, Mancini metió a Adriano (m.80), jugó con tres delanteros y puso en grandes aprietos a la defensa milanista.

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