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Yo Digo | Luis Castelo

Llega un hombre de la casa

La llegada de Martín Monteagudo al banquillo del Albacete por lo menos da aire fresco durante estos difíciles días. No sé, porque esto del fútbol cada día es más raro, si le acompañarán los resultados en el terreno de juego, pero el técnico albaceteño tiene mucha ilusión y se ve capacitado para sacar la nave a flote. Lo tiene complicado, lo sabe, pero a este hombre le gustan los retos. Ha llegado la oportunidad con la que soñó aquel día en el que, cuando aún vestía la camiseta del Valdepeñas de Tercera División, decidió con su título en el bolsillo dirigirse a Benito Floro, que era entonces entrenador del Alba, para decirle: "Mister, yo quiero empezar a entrenar".

Cuando se sentó en un banquillo por primera vez fue con el equipo infantil del Albacete. Después siguó en categorías inferiores, el Quintanar del Rey, el Juvenil del equipo blanco y hasta hace unos días en el Albacete B, al que ha dejado como líder de su grupo.De los toreros dicen que hasta andando por la calle se les nota que son matadores de toros. A Monteagudo también se le ve que es técnico a la legua. Ahora sólo le falta que el balón entre en la portería contraria y que el Alba reaccione para que Martín no despierte de aquel sueño que tuvo una noche, en el que se vio dirigiendo al equipo de su tierra en Primera División y que al final ha podido cumplir.