Premier league | Chelsea
Luz verde para las notas manuscritas de Mourinho
El reglamento de la FA no las considera ilegales
Buenas noticias para el colectivo de entrenadores ingleses. El invento de Mourinho de entregar notas manuscritas con instrucciones aprovechando los cambios sobre cómo manejarse durante el partido recibió ayer la luz verde por parte de la Federación Inglesa.
Esta novedad fue puesta por primera vez en práctica por el Chelsea en su partido ante el Everton del sábado pasado. Jiri Jarosik saltó al terreno de juego en el minuto 72 con una cuartilla con instrucciones de Mourinho, que el checo entregó a Tiago.
Según el presidente del Comité de Árbitros Ingleses (PGMOL), Keith Hackett, esta nueva táctica de Mourinho no quebranta ninguna regla del juego y el entrenador portugués no será sancionado siempre y cuando sus acciones no pongan en peligro la integridad de los futbolistas.
Hackett, como cabeza visible del PGMOL, señaló que "efectivamente, no hay nada reflejado en el Reglamento que prevenga sobre un hecho como el que protagonizó el Chelsea el otro día. El acto no constituyó ningún peligro para ninguna persona presente sobre el terreno de juego o el área técnica, así que no es motivo de sanción".
Asimismo, Hackett apuntó que "no cabe duda de que el Chelsea ha sido un poco más sofisticado que el resto de equipos, y también un poquito más diferente. La Federación Inglesa se congratula por ello y no duda en señalar que ese tipo de acciones son legales".
Por último, Hackett incluso bromeó acerca de introducir objetos dentro de un terreno de juego: "Si a Mourinho se le hubiera ocurrido entregar una cesta de Navidad a uno de sus futbolistas durante el encuentro, hubiera sido distinto. Notas sí, pero no todos los objetos pueden ser tomados en la misma consideración".
Una cuartilla con quince líneas de instrucciones
El estreno de las notas de Mourinho fue, cuanto menos, curioso. Además de por la novedad de la acción, por la gran cantidad de instrucciones que recibió el centrocampista Tiago, que vio cómo Jarosik le entregó una cuartilla con al menos quince líneas manuscritas. Por cierto, que luego aprovechó un parón durante una falta para aprenderse la lección.