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Yo digo | Guillem Balagué

Con un poco más de confianza

El partido empezó mientras en las cabinas de radio inglesa se discutía si el Mundial que Inglaterra va a ganar es éste de Alemania o el próximo, el de la generación de Beckham o la de Rooney. Ay, si nosotros tuviéramos un poco de ese tarro de confianza... El partido pintaba bonito y ese punto de excitación menor de los amistosos liberó a los españoles. Poco a poco la cosa fue torciéndose para los ingleses. Robinson transmitía inseguridad pese al penalti parado, el ambiente parecía apocar a los de Eriksson, Beckham estaba fallón, Gary Neville aceptó el reto de Reyes y le dio una sarta de patadas, los ingleses jugaban sólo con balones largos a Owen y Rooney...

Que nadie se equivoque, la tensión en el campo durante la primera parte (¡qué fácil es calentar a Rooney!) se debió a una sola cosa: fastidia mucho jugar 45 minutos sin balón. Se lo habían quedado los españoles. "Si lo llego a saber, nos traemos uno", debió pensar algún inglés. Y si encima a Raúl le da por hacer caños, si a Joaquín le apetece probar cosas, si Reyes busca el uno contra uno y le sale, si Xavi se pega la pelota a la bota, así, la verdad no hay quien le moje la oreja a los nuestros. A esta selección, me engancho. Y digo yo, si en una competición grande vamos a perder igual, ¿por qué no jugamos siempre así? Por cierto, los bu-bus déjenlos en casa la próxima vez.