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Yo digo | Guillem Balagué

Beckham nada entre dos aguas

Beckham, como buen inglés y como hombre de fútbol que es, sabe ver las imágenes imperecederas que se esconden detrás de un partido. O sea, quiere liderar orgulloso el próximo miércoles a su Selección, como capitán que es de la misma, a su salida al Santiago Bernabéu. Pocas veces se ve junto un listado tan interesante de símbolos: el estadio del mejor equipo del siglo XX, la selección del país donde se inventó este juego, la celebración del partido 500 o 501 de los nuestros, Beckham y Owen de enemigos amistosos en la que es hoy su casa. Como todos los jugadores que acaban de dejar atrás una lesión, Beckham hace sus cábalas. Entiende que quizá, tras cuatro entrenamientos con el grupo, no pueda empezar el partido ante el Albacete porque es complicado entrar en la alineación que parece haber cambiado el rumbo de la temporada. Pero el centrocampista querría jugar a toda costa ese partido para continuar su proceso de recuperación y para poder entrar así el miércoles en el equipo titular de la selección.

Y de hecho hasta al Madrid le iría bien que jugara parte del amistoso para llegar al Camp Nou un pelín más fino.Se habla de presión de la federación inglesa para que participe en el amistoso, pero sólo hay que conocer al jugador para saber que se muere de ganas de formar parte de la escalada de juego del equipo. Y sólo faltaría que la federación, que no se lleva nada bien con los jugadores en los últimos tiempos, se metiera en donde no le llaman. Total, que en Londres, hace dos días, Beckham dejó caer que bueno, que si al Madrid le va bien, que si el míster lo considera oportuno, él está listo para jugar. El fútbol no puede privarse de tan gran jugador.