Oliveira es todo un lujo

Copa del Rey | Cádiz 0 - Betis 2

Oliveira es todo un lujo

Oliveira es todo un lujo

á. rivero

Su golazo clasificó al Betis ante un buen Cádiz

Tal y como soñaba Serra Ferrer, su Betis se ha plantado en octavos de final en el llamado torneo del KO. Pero para ello tuvo que lidiar con un más que notable Cádiz quizá falto de punch ofensivo pero con un encomiable ardor guerrero. La diferencia, cómo no, la puso Oliveira, posiblemente el mejor delantero, o cuanto menos uno de los mejores, en esta Liga de los Ases, porque señores decir Oliveira es pronunciar la palabra gol, solvencia, presencia y caché. Además, gente tan carismática como Cañas fue capaz de marcar en la última jugada del partido. Por cierto, hay que ver cómo está el gran capitán del Betis.

El disgusto inicial de ver a Rafa Guerrero, estrella mediática y en sus ratos libres árbitro asistente (antes linier), se compensó con las ganas que pusieron Cádiz y Betis en la pelea. En teoría, los amarillos sacaron sólo cuatro titulares más o menos habituales: Velázquez, Varela, Manolo Pérez y Sesma. El Betis puso a sus pesos pesados, pero en la Copa eso no vale. A un partido y jugándose todo en 90 minutos todos son titulares. Es más, los verdiblancos ofrecieron la felicísima novedad del regreso de Alfonso entre los once elegidos. Y, cómo no, Oliveira. Este brasileño, que se aburrió en el Valencia como un crustáceo, demuestra en el Betis que es uno de los mejores delanteros de la Liga. Y así lo dejó claro con el golito que se sacó de la chistera, a los 31 minutos cuando nadie se lo esperaba. Yo creo que a los béticos ni les dio tiempo para celebrarlo, pero fue una maravilla de gol. Pero a renglón seguido lo de siempre. Este desastre de árbitro que es Iturralde González perdonó al filo del descanso la segunda tarjeta amarilla a Tais, es decir expulsión fulminante, por una entrada por detrás a Enrique. Y es que el arbitraje español es peor que Gran Hermano VI. De todas formas, aunque Cádiz y Betis no mostraron diferencias sobre el terreno de juego y no se evidenciaba la distancia entre un equipo de Primera y Segunda, lo cierto es que los de Serra Ferrer, imponiendo su fútbol control, marcaban territorio y se tomaban el partido como si fuera la final de un Trofeo Carranza.

Transcurría espectáculo. El público se calentaba a medida que Oli esbozaba intención de salir, como de hecho sucedió, por ese yugoslavo de nombre impronunciable, llamado Mirosavljevic. La verdad, no hizo nada, pero quiero tranquilizar a los aficionados cadistas porque no es un mal jugador. Por algo lo quiso el Málaga.

En medio del transcurrir copero Oliveira, demostrando que es un gran jugador, estrellaba un balón en la cruceta en el minuto 53 tras otra arrancada de las suyas. Mientras Iturralde, siempre Iturralde, continuaba encrespando a los aficionados. Significativo en un partido donde no había ni dureza ni acciones polémicas, si exceptuamos claro está una reclamación de penalti de Rivas sobre Pavoni, resuelta por el colegiado vasco con tarjetazo al hispanoargentino. Con el tándem Oli-Pavoni, el Cádiz ofrecía una apuesta de vértigo. Mientras, Serra, desde la aportación de la templanza, trataba de ganarle la espalda al contrario sin demasiado peligro, ésa es la verdad. El público trataba de empujar a los suyos. Por tenues que fueran las aproximaciones del equipo local, el Carranza rugía en busca de ese gol que propiciase cuanto menos la opción de apostar por la prórroga, los penaltis, o la gloria. Pero el Betis contenía. Sabido es que Serra, desea la Copa al precio que sea, por lo que antepuso la practicidad al espectáculo. Y, al final, lo obtuvo. Ya tiene su pase.

El Detalle: llenazo y algunos incidentes

La afición cadista llenó el Ramón de Carranza. En lo negativo, que la policía tuvo que intervenir por unos incidentes donde estaban los aficionados del Betis.