Ojo clínico para fichar delanteros

Ojo clínico para fichar delanteros

El Málaga es todo un especialista en el arte de fichar y conjuntar grandes parejas de atacantes. Salió de Segunda B gracias a una dupla formada por Pablo Guede y Basti. Después, el Cangrejo Rojo Catanha se infló a meter goles con Edgar como su principal pareja de baile. Tras el traspaso del hispano-brasileño al Celta por 18 millones de euros, se fichó al elástico panameño Dely Valdés y recibió la alternativa Darío Silva, que hasta entonces no rascaba bola y llegó a solicitar a Peiró permiso para poder jugar con el Málaga B en...Tercera para disfrutar de minutos. Con la titularidad recién consolidada, se tiñó el pelo de un espantoso rubio para no parecerse a Catanha. Ahí nació la célebre Doble D. Una de las parejas que hicieron historia en La Rosaleda y que se disolvió por la marcha de Dely y el traspaso al Sevilla del díscolo Bombilla.

No por eso se desanimó el Málaga. Serafín Roldán, su presidente, consiguió convencer al Valencia para que le cediera a Salva, quien volvió a sentirse futbolista a golpe de gol. Realmente, la pareja atacante del hoy jugador del Atlético era más bien Edgar, recuperado por Juande Ramos para el fútbol de élite. Diego Alonso, en realidad, era su suplente. O jugaba uno, o lo hacía otro. Pocas veces saltaron juntos al terreno de juego, pero lo cierto es que en esas ocasiones se complementaron perfectamente. Pero como siempre, la precariedad económica del club le impidió retener a estos dos jugadores. Y Carlos Rincón, persona encargada de fichar en el Málaga, volvió a aguzar el ingenio y se sacó de la manga una nueva delantera de ensueño. Amoroso, que vino libre y Wanchope, que costó algo menos de dos milloncejos de euros. Nuevo y resonante éxito. ¡País!