Una asamblea compuesta por 180 miembros elegirá el 26 de noviembre al presidente de la Federación Española de Fútbol, en principio, como establece la reglamentación, por mayoría absoluta. Si no se da esta condición se realizará una segunda vuelta entre los dos aspirantes que hayan obtenido mayor respaldo, siendo proclamado el que más votos logre. De producirse un empate se hará un sorteo.

La configuración de este órgano, por lo tanto, es la clave del proceso. Consta de 20 integrantes natos, el presidente de la FEF (cuya plaza, en las actuales circunstancias, deberá quedar vacante, ya que Villar presentará la dimisión antes de concurrir a los comicios) y los de las 19 territoriales, más 160 pertenecientes a los distintos estamentos, que contarán con la siguiente asignación: 75 clubes (30 de ellos profesionales), 43 jugadores (17 adscritos a la LFP), 13 árbitros (5 de Primera o Segunda), 13 entrenadores (con el mismo reparto que los colegiados) y 16 para el fútbol sala. La elección de estos representantes está fijada para el 15 de octubre en circunscripciones autonómicas en lo que respecta a jugadores y clubes amateurs. La del resto se hará en la Federación. Los candidatos a la presidencia deberán aportar al menos un 15% de avales del pleno para presentarse.