El Comité Técnico de Árbitros (CTA) no ha hecho electrocardiogramas y pruebas de esfuerzo durante las dos últimos años a los árbitros de categoría profesional por falta de presupuesto. En la concentración de A Coruña de este verano se ha limitado a realizar un examen médico elemental, muy similar al que pasan los deportistas aficionados en las mutualidades territoriales, del que han sido excluidos los asistentes de Primera y Segunda que no tienen rango internacional. El seguimiento se completa con una única analítica en la temporada y la disposición de un médico para todo el plantel, José Antonio Casajús, que reside en Zaragoza. Fuentes de este organismo han reconocido a AS la gravedad de esta situación, que impide el seguimiento pormenorizado del estado físico de los árbitros de una de las competiciones más importantes de Europa. En Segunda B no se hace ninguna prueba médica.