Yo digo J.J. Santos

El disparate de los amistosos

J.J.Santos
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Día para otorgar varios premios. Premio a la lumbrera que hace meses pensó en Escocia como sparring ideal para preparar el decisivo partido contra Bosnia. Premio para el responsable de la promoción del partido en Valencia porque a la vista quedaron los resultados con una tribuna semivacía. Premio también para el que suele elegir con capricho los escenarios de los encuentros amistosos. No me extraña que Luis, antes de ver lo de ayer, ya pensara en tener una sede fija, libre de sobresaltos. Dejamos sin regalito al gafe oculto que hizo su agosto aunque fuera septiembre. Rayos, truenos, centellas, viento, apagones, diluvio. Era como un castigo divino a tanto despropósito. Con lo tranquilito que hubiera estado el equipo nacional en el Parador de El Saler. Claro, que en la caja federativa habría dos millones de euros menos.

En tales circunstancias, lo de menos es el juego, el resultado y hasta las novedades tácticas del seleccionador. Entre golpes alevosos de los escoceses, viento incontrolado y diluvio, lo de sacar conclusiones se antoja temerario. Si acaso, constatar que Reyes está espléndido, pero lo suyo no es jugar pegado a la banda. En el polo opuesto Joaquín, gran pasador aunque atravesando una etapa de extraña melancolía. Seguimos contando con un arsenal descomunal de atacantes pero no acabamos de dar con la tecla para disfrutar de la pareja ideal. El apagón nos dejó sin ver si el golito de Raúl le levantaba el ánimo y si la presencia de un Morientes que ya calentaba en la banda, iba a dar un vuelco a uno de los partidos más broncos y desagradables que recordamos. Habrá que esperar a Bosnia. Allí no habrá tiempo para bromas pesadas como la ayer.

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