Trofeo Santiago Bernabéu | Real Madrid 0 - Pumas 1
El Real Madrid sale derrotado de su propio torneo
El equipo entrenado por Hugo Sánchez se llevó el trofeo gracias a un gran gol de Castro. Owen debutó en el coliseo blanco pero como el resto del equipo, no brilló.
El Pumas de Hugo Sánchez reivindicó el fútbol mexicano en la primera visita en la historia de un equipo "azteca" al estadio Santiago Bernabéu, donde arrebató el Trofeo del Real Madrid con un gol antológico de Castro, dando un repaso al equipo blanco inmerso en el despropósito.
Hugo Sánchez fue el protagonista del Trofeo Santiago Bernabéu. Regresó emocionado al estadio donde maravilló con sus tantos y se reencontró con viejos amigos, como José Antonio Camacho. Los dos dan a sus equipos el carácter ganador que les fue inculcado en el Real Madrid, lo que ayudó a presentar al espectador un partido abierto que acabó en fiesta mexicana en la capital de España.
Era el debut de Michael Owen en el Bernabéu. Activo, en los 45 minutos que jugó, se dejó caer a las dos bandas desde donde creó peligro, pero estuvo demasiado alejado de la portería rival sin demostrar aún su eficacia goleadora.
El partido servía a Camacho para "examinar" a Mejía y Juanfran. Los dos "pavones" preferidos de Carlos Queiroz y hasta la fecha casi inéditos con el nuevo entrenador, mostraron su estilo de juego.
Mejía regresó a su puesto natural, el centro de la defensa, con seriedad en la primera parte y fue el tan buscado sustituto de Salgado en el lateral derecho en la segunda. Juanfran deslumbró en el extremo derecho. Atrevido, rápido y con descaro, sus jugadas le convirtieron en el mejor de una primera mitad con un Real Madrid poco vistoso, con la misma falta de fluidez que mostraron Beckham y Guti en el doble pivote.
El Pumas, primer equipo mexicano en jugar en el Bernabéu, saltó al campo aleccionado por Hugo Sánchez, que da a su equipo su personalidad, fuerza y atrevimiento sobre el campo. Era un momento para aprovecharlo, para mostrarse al mundo en el mejor escaparate posible. No tenían nada que perder y muchos de ellos en su vida volverán a pisar el césped del coliseo madridista. Salieron a disfrutar sobre el campo sin pensar en el resultado. Sin rifar ningún balón. Aplicando criterio.
A los dos minutos ya llegaba la primera oportunidad. Owen, en una jugada similar a la del gol de Ronaldo en Son Moix, se dejó caer a la derecha y puso un balón medido a Solari que no acertó a rematar con todo a placer. Los Pumas inquietaron con balones largos sobre Fonseca y el luchador Diego Alonso que marró la oportunidad más clara en un mano a mano con César que definió alto.
Camacho estaba disconforme con su doble pivote. Con Beckham perdido en disputas y protestas al colegiado, el Real Madrid se alimentaba en ataque sólo por los costados a base del ímpetu de Juanfran y Solari.
El partido era de ida y vuelta y César se ganaba la ovación sacando una mano a la escuadra derecha para salvar el perfecto lanzamiento de falta de Fonseca. Igual de serio estuvo Bernal, siempre atento a los balones dirigidos a Owen y Morientes, y bien colocado para salvar disparos lejanos de Beckham, Guti y Solari.
Los cambios del descanso y la "camachina" despertó por momentos al Real Madrid gracias a la raza de Figo. Zidane representó el despropósito madridista errando hasta en controles francos. Era la señal inconfundible. El Real Madrid no carburaba.
El Pumas, con una defensa impecable y una pareja de centrales, Verón y Beltrán, muy segura, construyó desde atrás su trabajado triunfo. Botero, autor de 46 goles hace dos campañas pero hoy con la "pólvora" mojada, no acertó ante César. Pero apareció Castro para con un disparo lejano, escorado, potente y con el exterior del pie derecho, conectar un lanzamiento imparable pegado al palo derecho de la portería madridista.
El Real Madrid intentó reaccionar ante la queja de su afición, con más corazón que cabeza y sólo el joven Soldado pudo igualar el marcador. La fiesta mexicana no había concluido y al contraataque pudo aumentar la diferencia con un testarazo de Diego Alonso y una doble ocasión para Toledo y Castro que pusieron el broche de oro al regreso a lo grande de Hugo Sánchez al estadio Santiago Bernabéu.